Sigue la polémica por la nueva "Oficina de Influencia
Estratégica"
"Otorgamos información precisa y verídica", afirmó Richard
Boucher, portavoz del Departamento de Estado, aunque
funcionarios del Pentágono confirmaron que una de las
funciones de esa nueva oficina será la preparación de "campañas
agresivas" para influir en la opinión pública mundial en
favor de Estados Unidos y sus acciones en el mundo a través de
"noticias" por medios extranjeros, propaganda por
Internet y operaciones encubiertas.
Como ya
nos hicimos eco en nuestra edición del pasado jueves, la "OID"
tiene entre sus metas el influir en la opinión publica a favor
de los intereses estadounidenses, tanto en aquellos países
considerados hostiles, como en los aliados. Una estrategia
enmarcada en lo que se ha venido llamando "el otro frente
de la lucha contra el terrorismo": la guerra de la información”.
Funcionarios del Pentágono confirmaron que uno de los
propósitos es difundir "desinformación" a periodistas y medios
extranjeros, y también "plantar" este tipo de información
entre funcionarios oficiales y líderes civiles de otros
países.
Estas
actividades van desde "lo más negro de lo negro hasta lo
más blanco de lo blanco", declaró un funcionario del
Pentágono al Times.
Esta
nueva oficina del Pentágono, encabezada por el general
brigadier Simon Worden, está considerando realizar
operaciones encubiertas como ataques cibernéticos a redes de
computación, actividades sicológicas y decepción.
La
dependencia forma parte de la sección del Pentágono dedicada a
operaciones especiales y conflicto de baja intensidad. Un
vocero del Pentágono señaló que el mandato de la nueva
operación no se ha determinado por completo.
Las
propuestas de los funcionarios del Pentágono para plantar
"noticias" en los medios extranjeros utilizando canales para
ocultar su origen o su carácter oficial ya ha provocado
críticas en el Departamento de Defensa y otros funcionarios
del gobierno federal.
Por
ejemplo, una de las propuestas contempla enviar correos
electrónicos a periodistas, líderes civiles y funcionarios
extranjeros con mensajes que promueven las posiciones
estadunidenses o atacando a sus enemigos.
"Esta es
la guerra de información más intensa... Vamos a mentir sobre
las cosas",
había advertido un oficial militar al Washington Post en
septiembre pasado.
Aunque
el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, insistió
poco después en que no tenía ninguna intención de mentir a los
medios, agregó: "hay decenas de maneras de evitar que uno
se ubique en una posición donde esté mintiendo".
Pero el
Pentágono no es novato en el mundo de la desinformación: en
los años 80 equipos de operaciones sicológicas del ejército de
Estados Unidos participaron en la trasmisión de programas de
radio con mensajes contra los sandinistas en Nicaragua, y
también brindaron capacitación en "relaciones públicas" al
ejército mexicano poco después de haber estallado la rebelión
de la guerrilla zapatista en 1994.
La CIA
ha invertido millones de dólares en operaciones encubiertas
para "influir" a los medios extranjeros, funcionarios y
organizaciones no gubernamentales en el mundo, incluyendo
Chile durante el gobierno de Salvador Allende.
"Todo
esto se ha hecho antes",
comentó Danny Schechter, editor ejecutivo de
Globalvision y experto en medios. En los años 50 y 60 la
CIA plantó noticias en diarios extranjeros, que fueron citadas
o republicadas por medios estadounidenses como noticias
legítimas. El resultado, añadió en entrevista con La Jornada,
fue que Washington acabó mintiendo a su propio pueblo.
Hay poca
información -verídica- sobre la nueva Oficina de Influencia
Estratégica en el Pentágono, y funcionarios gubernamentales
insisten en que los planes para sus actividades todavía no
están aprobadas por el presidente o su secretario de Defensa.
Sin
embargo, la oficina se estableció a finales del año pasado en
medio de preocupaciones sobre la necesidad de influir en la
opinión pública y la de gobiernos tanto en países poco
amistosos como en los aliados de Estados Unidos.
En
particular, fue respuesta a la necesidad de promover el apoyo
a la guerra "antiterrorista" en los países musulmanes, pero
también en otros, incluyendo a los europeos.
Para
algunos miembros del gobierno, la creación de esta oficina
dentro del Pentágono provocó sorpresa, ya que las actividades
de información oficial en el ámbito internacional siempre han
sido encabezadas por el Departamento de Estado y dependencias
relacionadas, como la Agencia de información de Estados
Unidos.
Coordinan la propaganda negra
Pero el
gobierno de George W. Bush ha intensificado lo que considera
otro frente de su nueva guerra contra el "terrorismo",
estableciendo un "cuarto de guerra" dentro de la propia Casa
Blanca para coordinar la difusión diaria del "mensaje" del
gobierno en lo nacional e internacional, además de la
contratación de expertos en publicidad y relaciones públicas
en el Departamento de Estado para "mejorar" este tipo de
funciones, dijo el Times.
La nueva
oficina, informó el rotativo, coordina sus operaciones con la
también nueva oficina contra el terrorismo de la Casa Blanca,
encabezada por un ex general que antes dirigía el Comando de
Operaciones Especiales.
Para
Schechter y otros críticos, esto no debería sorprender ya
que el manejo de la información oficial sobre el papel de
Estados Unidos en Afganistán "es sólo parcialmente
verídico, pues lo que parece ser presentado como cierto un
día, parece ser menos cierto al siguiente".
Para él
y otros, el problema no son las mentiras obvias, pues pueden
ser finalmente descubiertas, si-no la distorsión de la
información.
Vale
recordar que la guerra de Estados Unidos contra España en 1898
empezó con la mentira deliberada del hundimiento de un buque
estadunidense, y que la intensificación de la guerra en
Vietnam resultó de otra mentira deliberada sobre
acontecimientos inventados en el golfo de Tonkin.
Por eso,
algunos analistas, como Norman Solomon, expresaron hoy
más preocupación por las posibles consecuencias de esta "nueva
guerra" de información, tanto en este país como en el resto
del mundo. con información procedente del diario La Jornada
de México
sábado, 24 mayo 2014 |