Los usuarios ahora graban CDs,
dice la SGAE |
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5 DE MARZO 2002
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Con el
cambio tecnológico, cambia también el soporte
“Es
evidente que el aficionado a grabar música está cambiando
progresivamente al CD-R, una vez que los equipos domésticos de
grabación y los propios discos se han abaratado de manera
ostensible”, señala el secretario general de la
Fundación Autor, Francisco Galindo.
Para la
SGAE es lógico que la ley no haga una mención explícita al
CD-R, ya que este formato no existía en el momento de su
redacción. Sin embargo, el texto legal sí especifica que
estarán sometidos al concepto de copia privada aquellos
formatos “idóneos” para la reproducción de música o imágenes.
Como cualquier usuario de informática sabe, grabar música en
un CD-R no sólo es posible, sino extraordinariamente sencillo.
Los CD “data” o “informático” carecen de mecanismos para
evitar la grabación de música. Sin ir más lejos, lo explica la
misma empresa Traxdata en su página web:
“Nuestro
disco plateado basado en la tecnología del cambio de fase
tiene la capacidad de almacenar 650MB de datos, 74 minutos de
audio y más de 9 horas de audio MP3”.
¿Para
qué se utilizan los CD-R?
Los discos
vírgenes informáticos no sólo sirven para la grabación de
música, reconoce la SGE, "Por supuesto que no. Resultan un
soporte muy adecuado para archivar programas informáticos,
fotografías o documentos del entorno Office, por señalar las
opciones más frecuente".
"Sucede
lo mismo en el caso de las cintas de audio. Además de música,
también pueden registrarse conferencias o ruedas de prensa,
por ejemplo. Y otro tanto con las cintas de VHS: no sólo
sirven para guardar películas o cortometrajes, sino también
grabaciones caseras, como una celebración familiar", añade
la nota de la entidad gestora.
La clave
radica en determinar el uso mayoritario que se le da a cada
soporte. La SGAE ha encargado durante tres años consecutivos a
la prestigiosa firma internacional Millward Brown/Alef un
estudio sobre Actitudes hacia el CD-Rom grabable, con el que
se pretende conocer la utilidad que se le da a estos discos;
el tamaño de la última muestra, realizada durante noviembre de
2001, se cifra en 3.000 entrevistas realizadas aleatoriamente
a individuos de 15 años o más, residentes en toda la península
e islas Baleares.
El más
reciente informe, fechado en noviembre de 2001, extrae
conclusiones rotundas. El porcentaje de discos empleados para
la grabación de música es del 76,88%. Se trata de un registro
notablemente superior al del estudio correspondiente al del
ejercicio anterior, el año 2000, que reflejaba un 70,73%.
El estudio
también confirma que las ventas de CD-R se han disparado a un
ritmo muy superior al del parque de ordenadores en España. Es
decir, muchos compradores de CD-R ni siquiera tienen ordenador
en casa, así que difícilmente van a estar interesados en
grabar archivos o programas informáticos; una vez más, hay que
recordar el hecho contrastado de que en el CD “data” o
“informático” se puede grabar música.
En
concreto, y siempre según el informe de Millward Brown / Alef,
en 1999 había un 30% de españoles con ordenador, porcentaje
que se incrementa hasta el 31,4% en 2000 y el 40,3% en 2001.
Es decir, una subida del 37,3% en dos años.
La
presencia de grabadoras de compactos en los hogares españoles
también se ha disparado. Si sólo el 2,3% de familias disponían
de este complemento en 1999, los índices se han elevado al
3,8% en 2000 y al 15% en 2001.
En
consecuencia, la SGAE entiende que es “de justicia
elemental”, en palabras de Francisco Galindo, que
los discos compactos grabables devenguen derechos de autor. Y
así lo ha entendido también el juzgado número 22 de Barcelona,
que recientemente condenó a Traxdata a abonar estas
cantidades.
sábado, 24 mayo 2014 |