"Este es
un caso paradigmático en que se privilegió a la empresa por
sobre los accionistas", dijo Guillermo Jofre, chief financial
officer de la empresa.
Impsat el
proveedor argentino de telecomunicaciones por satélite dará un
vuelco total a su propiedad para salvar la empresa. "Este
es un caso paradigmático en que se privilegió a la empresa por
sobre los accionistas", dijo Guillermo Jofre. “Nuestros
acreedores evaluaron que la compañía vale más viva que muerta",añadió.
"El acuerdo alcanzado muestra el interés porque Impsat siga
operando, pues creen en nuestro negocio",
añadió.
La
compañía, que cuenta entre sus principales accionistas al
grupo Pescarmona, mantiene unas deudas de 1000 millones de
dólares y ha incumplido con sus obligaciones financieras en
los últimos meses por falta de liquido suficiente para hacer
frente a los bonos emitidos.
Este
operador de Telecomunicaciones fue el primero que se planteo
hacer frente a los rígidos mercados locales de transmisión de
datos y enlazar a las empresas con las redes internacionales a
través de los enlaces satelitales. Aprovechando, además,
vacíos legales inició su andadura en Argentina sorteando a
Telefónica y Telecom y convirtiéndose en uno de los primeros
proveedores de acceso a Internet, tanto para ISP como grandes
corporaciones, con enlaces propios.
Posteriormente expandió sus operaciones por otras capitales de
la región. Enrique Pescarmona soñaba con la nueva red
de fibra óptica que estaba construyendo de un millón de
kilómetros y que enlazaría a las principales capitales, sin
dependencia con las operadoras locales.
En
diciembre del 2000, esta compañía fue la segunda argentina en
entrar en el Nasdaq, tras el Sitio, llegando a casi triplicar
el valor del precio de salida de la acción de 17 a 42 dólares.
Eran otros tiempos y la compañía, decían los analistas, valía
3800 millones de dólares.
Y el precio
no era tan desorbitado. Su facturación era de 300 millones de
dólares, aunque un 40% de esa cantidad se generaba en
Argentina, sede corporativa, donde mantiene una cuota del 20%
del sector corporativo.
La empresa
siguió invirtiendo y según datos de sus directivos, sus
activos alcanzan unos 1000 millones de dólares y la inversión
en red ha sido superior a los 550 millones de dólares. Pero
esa expansión y desarrollo no se canalizó sobre fondos propios
sino a través de bonos de deuda. A pocos meses de ser una de
las estrellas del Nasdaq la operadora de telecomunicaciones
era consciente de un grave problema, no tenían dinero para
hacer frente a los vencimientos de los bonos.
El último
trimestre del 2001 fue duro para la compañía con rumores sobre
un posible incumplimiento de los bonos como finalmente
sucedió.
Desde ya
antes los accionistas buscaron posibles soluciones para
mantener la compañía o al menos evitar una liquidación de sus
activos. Finalmente, tres meses después se informo que se
alcanzo un acuerdo con los acreedores que permitirá la
supervivencia de la compañía.
El
plan
El plan de
reestructuración financiera alcanzado con los principales
tenedores de bonos corporativos (entre los que se encuentra la
banca de inversión Morgan Stanley, también accionista)
y con su mayor empresa proveedora de tecnología, Nortel
Networks contempla una reducción de la deuda en un 70%. La
operación involucra a los tenedores de los bonos que vencían
en 2003 (emitidos en 1998 por 125 millones de dólares) y a los
que poseen bonos que vencen en 2005 y 2008 (emitidos en 2000
por 525 millones de dólares).
En el
primer caso, recibirán un bono por 67 millones de dólares
convertibles en 23 por ciento de las nuevas acciones de la
compañía. En el segundo caso, intercambiarían su acreencia por
el 98 por ciento de las nuevas acciones de la compañía.
"En la medida en que cada uno ejerce su opción, diluye la de
los demás", dijo Jofre al referirse
al diseño financiero de la nueva composición accionaría. En el
caso de los proveedores de tecnología (tal como Nortel, Lucent,
Cisco, etcétera), recibirán una combinación de deuda
garantizada por un total de 141 millones de dólares; 23
millones de dólares de un bono convertible en acciones por el
5% de la nueva empresa, y opciones para adquirir un 15 por
ciento adicional en acciones.
Asimismo
Impsat se acogerá a los beneficios del capitulo 11 de la
jurisdicción estadounidense (Chapter Eleven, una figura
similar a una suspensión de pagos ) para, finalmente,
transferirle a sus acreedores el total de la compañía.
La
composición accionaría se reparte de la siguiente manera: el
45% es de Nevasa Holdings (compuesta por Enrique
Pescarmona, 82%; Ricardo Verdaguer, 6, y Roberto
Vivo Chanetón, 12), Morgan Stanley posee el 16 por
ciento y la operadora inglesa British Telecom, el 20.
El 13 por ciento está en la Bolsa, y Sudamericana y
Credit Suisse poseen el 5 y el 1%, respectivamente. Todos
los accionistas, incluyendo Pescarmona, perdieron sus
participaciones con la firma de la reestructuración de la
deuda
sábado, 24 mayo 2014 |