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El FBI debe revelar cómo funciona su sistema secreto de control de e-mails
Clarín - La polémica sobre cómo, cuándo y con qué fines se puede o no controlar Internet sigue dividiendo a usuarios y gobiernos. La batalla legal en torno al "Carnivore", un programa secreto del FBI, encendió otra vez la siempre acalorada disputa sobre la intrusión de los servicios de inteligencia en las casillas de correo electrónico. Se espera que la publicación de los detalles de funcionamiento del programa aclaren algunas de las sospechas que los organismos dedicados a la protección de la privacidad tienen sobre el FBI.


Un juzgado federal de los Estados Unidos ordenó al FBI dar a conocer los detalles de funcionamiento del sistema "Carnivore" (www.fbi.gov/hq/lab/carnivore/carnivore.htm), un software que el Buró de Inteligencia viene instalando en distintas compañías proveedoras del servicio de Internet (ISPs) para monitorear e-mails que podrían contener información sobre posibles actos criminales. Por el momento, la decisión de la Corte da por tierra con los argumentos del gobierno, que se escudaba en que el carácter de la tecnología empleada (precisamente el software "Carnivore") tiene categoría de "secreto de Estado".

Apoyándose en la Ley de Procedimientos relacionados con Información Clasificada y, más tarde, en la llamada "Patriot Act", que sobrevino a los atentados del 11 de septiembre, el Gobieno de los EE.UU. excluyó la posibilidad de que el público y los abogados defensores de distintas causas en las que estaba implicado el software conocieran cómo funciona el programa, lo que según la entidad demandante, el Centro de Información Sobre la Privacidad Electrónica (www.epic.org), constituye un "abuso potencial" a la privacidad.

No es la primera vez que este Centro obtiene un resultado favorable contra el FBI, aunque, hasta el momento, el organismo de inteligencia nunca contestó todos sus pedidos. Sin embargo, ahora, la Justicia declaró que el demandante debe conocer "todos los expedientes del FBI referentes a los sistemas de intercepción y/o revisión de mensajes del correo electrónico". (www.techlawjournal.com/courts/epicvdoj/20020325order.asp). Y da plazo hasta el 24 de mayo para que el FBI acate el mandato.

Esta nueva orden judicial es, hasta hoy, el último capítulo de la batalla que el mencionado Centro de Información Sobre la Privacidad Electrónica (EPIC) sostiene con el Departamento de Justicia, cuyos miembros han fallado varias veces a favor de la implementación de esta tecnología "en determinados casos". Su trascendencia deriva de que, seguramente, estos fallos sentarán las bases que garanticen (o no) la injerencia que el Gobierno estadounidense pretende tener en Internet, y también sus criterios de control y tipos de supervisión.

Hasta aquí, el FBI daba por sentado que había cumplido con los requerimientos de EPIC, y entendía que la petición que se le hacía (la publicación de algunos expedientes del programa) estaba saldada. Pero los abogados privacistas fueron más allá y demandaron la ampliación de la información: "Hemos obtenido datos técnicos sobre su funcionamiento, pero también debemos tratar los asuntos legales y las implicancias políticas", reclamaron.

David Sobel, vocero de EPIC dijo que, "como crece la probabilidad de que el uso de este tipo de técnicas aumente, es cada vez más importante que conozcamos más de ellas, de cómo se están utilizando y de cómo está considerando el Departamento de Justicia las cuestiones legales al respecto". ¿Qué hizo el Departamento de Justicia? Ante la cantidad de reclamos y demandas de las ONGs dedicadas a la custodia de la privacidad, comisionó al Instituto Illions de Tecnología para que hiciera una revisión del "Carnivore".

Después de dos meses de análisis, se llegó a la conclusión de que el programa "no proporciona más información que a la que se puede acceder con una orden judicial" y, por lo tanto, no constituye un riesgo para los proveedores de servicios de Internet. Pero la discusión no terminó allí, ya que los investigadores enfrentaron muchas restricciones a la hora de trabajar, razón por la que varias universidades se negaron a realizar el estudio e, incluso, dudaron acerca de la independencia del mismo.



 

sábado mayo 24, 2014


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