Microsoft sería "incapaz" de
desarrollar una versión de su sistema operativo Windows como
reclaman los Estados que se querellan en su contra, y se vería
obligado a retirar su sistema operativo estrella del mercado
si se le impone hacerlo, afirmó su máximo responsable, Bill
Gates, durante su testimonio hoy en el juicio contra el grupo
informático en Washington.
Se trata de la primera ocasión en la que Gates declara en el
juicio para defender al gigante informático, que ha sido
encontrado culpable de prácticas monopolísticas. Durante el
primer proceso que se abrió en octubre de 1998, el presidente
de Microsoft se mantuvo al margen del proceso.
En su testimonio escrito hecho público hoy, Bill Gates afirma
que las sanciones reclamadas por los nueve Estados en litigio
"privarían a Microsoft de lo esencial del valor económico
de sus productos más importantess, 'Windows' y 'Office',
provocando una exagerada transferencia de los derechos de
Microsoft sobre la propiedad intelectual de estos dos
productos a sus competidores". Igualmente, afirma que las
exigencia de los estados costaría a Microsoft 10.000 millones
de dólares (más de 11.200 millones de euros) y reduciría el
valor de Windows "a cero".
Los Estados que participan en el proceso --que rechazaron el
acuerdos amistoso alcanzado el pasado mes de noviembre entre
la compañía y el Gobierno estadounidense, así como con nueve
otros Estados-- piden, principalmente, que se obligue a
Microsoft a ofrecer una versión del sistema operativo
'Windows' modulable, además de la versión tradicional que
incluye funciones como el navegador 'Internet Explorer' y el
servicio de mensajería.
La versión simple podría así estar personalizada según las
necesidades de los usuarios, que podrían escoger incorporar
las aplicaciones de la competencia de Microsoft. "Si los
fabricantes de ordenadores liberan los códigos de 'Windows',
tal y como les autorizan las sanciones propuestas por los
Estados, la plataforma 'Windows' habría sido fragmentada",
escribe Gates.
ATRASO DE DIEZ AÑOS
Además, sostiene que la proliferación de innumerables
versiones de 'Windows' sembraría la confusión entre los
consumidores y que la aplicación de sanciones provocaría "un
retroceso de diez años en el desarrollo de 'Windows' y
bloquearía su evolución", puesto que estaría "atascado
hasta 2012", según la duración de las sanciones
"propuestas". Por otro lado, estimó que si se aplicaran las
sanciones, reducirían "enormemente el interés de Microsoft
de invertir para innovar".
La juez Colleen Kollar-Kotelly deberá decidir, a la conclusión
de las audiencias que deben durar todavía cerca de tres
semanas, si impone sanciones a Microsoft, así como en qué
cuantía, además, de tener que pronunciarse sobre el acuerdo
amistoso.
sábado mayo 24, 2014 |