Argentina ha mostrado al mundo que aunque un incumplimiento de
pago soberano puede no afectar directamente a los países
vecinos, el desplome en casi todos los sectores dentro del
país es profundo, serio y de largo alcance, afirmaron los
analistas crediticios de Standard & Poor’s en un foro de
inversión de América Latina.
En dicho foro realizado el día jueves 18 de Abril, Standard &
Poor’s señaló que cree que otros sistemas bancarios en la
región aún corren grandes riesgos, por más que algunos
sectores estimen que los bancos latinoamericanos fuera de
Argentina se encuentren aislados o inmunes de los efectos de
esta crisis.
“Nuestras calificaciones de instituciones financieras no son
mejores, intencionalmente, que las de los gobiernos”, afirmó
Roger Taillon, Managing Director del departamento de
calificaciones de instituciones financieras de América Latina
en Standard & Poor’s. “Esto se debe a que consideramos que
otros gobiernos de la región reaccionarían de modo similar a
Argentina en un escenario de incumplimiento y que podría haber
controles cambiarios. Y aun, si no fuera así, Standard & Poor’s
considera que el riesgo para los bancos aún estaría, y está,
fuertemente vinculado al gobierno”.
El foro se centró en lo que depara el futuro para Argentina y
sus instituciones financieras, el sector corporativo, y las
transacciones de financiamiento estructurado. Los analistas
también discutieron las ramificaciones económicas para otros
países latinoamericanos.
A diferencia del efecto contagio entre los países de Asia
durante las crisis financieras de 1997 y 1998, sólo algunos de
los eventos crediticios en América latina estuvieron
vinculados con la crisis de Argentina. El cuadro crediticio ha
sido diverso en los últimos 15 meses, donde cinco países
latinoamericanos vieron una disminución en sus calificaciones
y cuatro una mejora en la mismas.
El analista crediticio Bruno Boccara hizo hincapié en cómo
Standard & Poor’s evalúa la
capacidad de un país de permanecer económicamente estable
durante una crisis regional, como lo hizo Brasil. También
resaltó que Uruguay ha padecido turbulencias económicas y
fiscales luego de la crisis de Argentina.
“Una fuerte internalización y consenso –como en Chile, donde
el actual gobierno está trabajando con el sector privado– es
importante para potenciar la capacidad de un país para
soportar los disturbios regionales y mantener o elevar su
calificación”, dijo Bruno Boccara.
Roger Taillon agregó, “creemos que la crisis de Argentina ha
validado los criterios de Standard & Poor’s, en particular en
relación con el hecho que raras veces se les asigna a las
instituciones financieras una calificación mejor que la de los
gobiernos de los países donde operan”. Aunque no existen dos
incumplimientos soberanos que sean exactamente iguales,
Standard & Poor’s no considera que lo que sucedió en Argentina
sea una crisis única, afirmó.
Desde el punto de vista corporativo y observando a la región
en su totalidad, la analista crediticia Marta Castelli resaltó
que México y Chile muestran mejores perspectivas, ambas con
mercados de capitales domésticos muy activos y crecientes.
“Se aprendieron varias lecciones de la reciente crisis”, dijo
Castelli. Aunque las compañías puedan tener una mejor calidad
crediticia que el gobierno, en última instancia la calidad
crediticia corporativa no puede aislarse del riesgo país,
afirmó. Algunos factores que se produjeron como producto de la
crisis fueron absolutamente específicos de la situación
argentina, tales como la pesificación y el congelamiento de
las tarifas, dijo. Otros, sin embargo, tales como la recesión,
devaluación, inestabilidad
regulatoria y los controles de transferibilidad de divisas,
podrían repetirse en otros mercados.
Las transacciones de financiamiento estructurado también se
han visto afectadas por la crisis, dijo la analista crediticia
Diane Audino. Las estructuras de mejor desempeño han sido las
transacciones de flujos futuros porque los ingresos se
encuentran denominados en moneda fuerte y capturados en el
exterior. De este modo se encuentran mejor protegidas del
riesgo de transferibilidad, convertibilidad y devaluación con
respecto a los bonos corporativos no estructurados y otros
tipos de deuda estructurada.
Los bonos de peor desempeño son los títulos con garantía
hipotecaria y aquellos que dependen de deudores únicos para su
pago. El director Kevin Kime se centró en el desempeño del
financiamiento estructurado en otros países de América Latina.
Resaltó que ciertas transacciones de financiamiento
estructurado vinculadas a la industria de la aeronáutica y las
exportaciones de commodities han padecido un estrés
significativo. El petróleo, las operaciones de exportaciones,
y las transacciones de flujos futuros, no obstante, continúan
desempeñándose sólidamente.
sábado mayo 24, 2014 |