Esta convergencia ha hecho posible la unificación de
actividades que hasta fecha reciente aparecían diferenciadas:
la industria editorial, el sector audiovisual y las empresas
telefónicas. Hoy, las nuevas tecnologías de la información y
las comunicaciones permiten la integración de estos tres
sectores en esa realidad admirable que llamamos la Red.
Congreso de Convergencia de medios, discurso del presidente de
Telefónica, Cesar Alierta
Durante muchos años hubo múltiples intentos infructuosos para
conseguir la convergencia de las telecomunicaciones y la
informática. Finalmente, desde un entorno universitario, y con
destino a aplicaciones militares, se dio con una solución, y
con un protocolo, que contribuyeron de manera decisiva a que
esa convergencia fuese viable: la red Internet y su protocolo
universal IP.
Desde entonces, muchos pasos se han dado en el progreso hacia
un incremento constante de la convergencia. Hasta el punto de
que hoy nos resulta absolutamente natural que en el PC podamos
manejar informaciones con contenidos de voz, de textos, o de
vídeo. Igualmente, aceptamos que la TV sea interactiva y que
el usuario gobierne lo que quiere ver.
Pero tenemos que ir mucho más lejos; tenemos que hacer mucho
más, porque todavía hay un gran trecho para avanzar y
progresar.
Ahora bien estos tiempos de innovación son también tiempos de
incertidumbre y riesgo. La historia nos enseña que los
procesos de innovación y cambio atraviesan fases sucesivas;
primero de innovación modesta, después de explosión
especulativa, seguida muchas veces de crisis de alumbramiento;
finalmente , se produce el asentamiento ordenado de la nueva
tecnología en la sociedad, su maduración y la extensión de sus
beneficios a todos los ciudadanos. En el campo que hoy nos
reúne las telecomunicaciones del futuro presididas por la
convergencia tecnológica y los servicios de banda ancha, fija
y móvil, yo creo que estamos en el inicio de la fase del
asentamiento final.
Esta es, a mi juicio, una clave explicativa del comportamiento
de los mercados bursátiles en los últimos tiempos, pero estoy
seguro de que después de estos dos días, nos reafirmaremos en
nuestras expectativas.
En primer lugar, hemos de dar respuesta a las necesidades del
mercado, cubriendo sus demandas y estimulando el
aprovechamiento de las nuevas tecnologías, para conseguir:
− la Administración Digital, que podrá mejorar la calidad de
los servicios que ofrece a las empresas y a los ciudadanos
− la Empresa Digital, que podrá incrementar su productividad y
encontrar nuevas oportunidades de negocio
− y el Hogar Digital, que se enriquecerá en comunicaciones,
entretenimiento y domótica
El desarrollo de este mercado digital nos exige un gran
esfuerzo innovador en servicios y aplicaciones, que deberán
nutrirse de múltiples contenidos con diferentes formatos.
Asimismo, su desarrollo debe realizarse sin exclusiones,
incorporando a todo el mundo y fomentando la posibilidad de
acceso de los más desasistidos o necesitados, es decir,
evitando la brecha digital.
Todo ello, no podrá ser realidad si no disponemos de
infraestructuras capilares, capaces de llegar a todos y de
transportar esa rica y variada cantidad de información, que
son las denominadas infraestructuras de banda ancha fijas o
móviles.
Todos damos cada vez más importancia a la banda ancha, porque
estamos convencidos de que será, progresivamente, el medio de
transporte más necesario y determinante de las posibilidades y
oportunidades de envío, recepción y manejo de la rica y
variada información que vamos a poder tener a nuestro alcance.
Pero no hablamos sólo de velocidad de transporte de la
información. Banda ancha es también precio de la comunicación,
es tarifa plana, y es conexión permanente. Es, en definitiva,
conveniencia y valor para el usuario, que precisa o desea
utilizar los medios disponibles más avanzados de las
tecnologías de la información y de las comunicaciones, y que
quiere que sus capacidades progresen y crezcan.
Una cuestión que debemos plantearnos es: ¿a cuántos usuarios,
con qué velocidad y en qué momento se debe llegar con la banda
ancha?
La respuesta a esta pregunta, que depende de la conjunción de
la demanda y de la oferta, debe ser consecuencia del trabajo y
del esfuerzo de todos los presentes. En cualquier caso, debe
ser ambiciosa, aunque soy plenamente consciente de que exige
un gran impulso inversor. Un esfuerzo con el que yo me
comprometo si podemos disponer de un marco legal y de
regulación equilibrado, estable en el tiempo, que responda a
la lógica económica de los negocios y que permita la
amortización de las inversiones realizadas, con un beneficio
razonable. Sólo así se garantizarán los recursos tecnológicos,
financieros y humanos que nos permitirán dar ese gran salto al
que aspiran todas las sociedades avanzadas.
Somos conscientes de que este proceso es clave para el futuro
de nuestras empresas y de nuestra sociedad, lo que sé que
también preocupa –y mucho- a los líderes políticos de toda
Europa. Saben que la Sociedad de la Información es mucho más
que un nombre atractivo, es la clave del futuro de nuestras
economías, de nuestro sistema político y de nuestro propio
desarrollo personal.
Quisiera destacar en este momento el importante esfuerzo que
viene realizando el Ministerio de Ciencia y Tecnología, para
hacer realidad en España la Sociedad de la Información, con
iniciativas como INFO XXI y “e-Europe”. Proyectos impulsados
fuertemente desde la Presidencia española de la Unión Europea
en las recientes reuniones de Ministros y Jefes de Gobiernos
de Vitoria, Barcelona y Sevilla.
Telefónica asume este compromiso europeo, que quiere extender
también a los países de Iberoamérica, en los que tiene y va a
seguir teniendo una presencia continuada en las
telecomunicaciones y en los negocios multimedia.
Tanto unas como otras descansan en un patrimonio común, que
nos une ante un futuro prometedor: la lengua, elemento
esencial de estas actividades.
Telefónica es la primera compañía del mundo de habla hispana y
portuguesa, con más de 78 millones de clientes y un mercado
potencial en rápida expansión. Además, Telefónica ha sido
pionera en el proceso de transformación de las empresas de
telecomunicación hacia el negocio multimedia.
Nuestro compromiso con la Sociedad de la Información, en
Europa, en América y en la Cuenca Mediterránea, nos ha llevado
a promover este encuentro, que esperamos sea atractivo para
todos ustedes, con el apoyo del Ministerio de Ciencia y
Tecnología y de Andersen, en el marco de la Presidencia
española de la Unión Europea.
En momentos como el presente, en el que van unidas innovación
e incertidumbre, resultan especialmente importantes reuniones
como esta, en la que protagonistas destacados de este nuevo
panorama del sector -empresarios, reguladores, economistas,
juristas, líderes políticos y expertos mantengan un debate
franco y abierto sobre la problemática de la actual revolución
digital.
sábado mayo 24, 2014 |