Para este Mundial de Fútbol los estadios
muestran grandes claros en las gradas y no precisamente porque
no haya aficionados dispuestos a ver los encuentros en
directo. Sin embargo, los graves problemas para la compra de
entradas online impiden que estos puedan acudir a los estadios
El principal centro de emisión de entradas para el Mundial en
Tokio está colapsado de aficionados extranjeros que se
encuentran en Japón sin haber recibido a tiempo sus entradas y
de hinchas nipones que no han podido conseguirlas a través de
Internet.
Una crónica del diario El Mundo de Madrid, desde Tokio, indicó
que los sitios oficiales de venta de entradas on line se
encuentran allí virtualmente colapsados, y debido a los
continuos fallos de logística, en muchas ocasiones no es
posible obtener las entradas a tiempo para ver el partido.
"No es posible comprar, diríjanse ustedes a FIFAtickets.com",
anuncia el centro, pero sin convencer a los clientes,
agolpados en el mostrador para preguntar si no existe otro
medio, además de Internet, para proporcionarse las entradas.
"La única posibilidad de comprarlas es ésa. Hay muchísima
gente que llega aquí a preguntar, pero nosotros no podemos
vendérselas, es así el sistema FIFA", explicó ya cansado
un empleado del centro de Yurakucho/Ginza, en el corazón de
Tokio. "La página Internet está sobrecargada. No es posible
acceder a ella y por eso hemos venido a preguntar si no hay
otra forma de comprar las entradas", relató un matrimonio
de Estados Unidos, vestido con una camiseta que lleva la
inscripción "Francia 1998".
Mientras esto ocurre y hay numerosos aficionados que se quedan
sin poder acceder a los Estadios, la FIFA y los
coorganizadores del Mundial de 2002 se han visto obligados a
convocar una reunión con carácter urgente para determinar las
razones por las que varias decenas de miles de localidades se
han quedado vacías en los estadios desde el debut de la
competición, el 31 de mayo.
En el estadio Big Swan, casi 8.000 asientos permanecieron
vacíos durante el partido Irlanda – Camerún, principalmente
debido a que las empresas patrocinadoras (que compran un
altísimo número de entradas para regalar a sus compromisos) no
recibieron sus tickets a tiempo. Algo similar ocurrió en el
Sapporo Dome durante el encuentro Alemania – Arabia Saudí, en
el que casi 7.000 fans se quedaron sin ver la goleada del
equipo alemán. De hecho, en Corea del Sur se han quedado sin
vender -por el momento- 265.717 entradas, el 20% de la
capacidad de sus diez estadios.
Una delegación de la FIFA ha viajado a Japón para analizar la
situación en aquel país, mientras que en Corea del Sur, los
organizadores se plantean incluso distribuir gratuitamente
localidades con el objetivo de llenar las gradas. La máxima
instancia del fútbol mundial es objeto de críticas cada vez
mayores por parte de los organizadores, que le reprochan una
mala gestión de la venta de entradas.
Pese a que la FIFA, en un abrupto ataque de ultramodernismo
tecnológico, había promocionado a Internet como el mejor
sistema de obtener las entradas con antelación -y evitar colas
a la entrada de los estadios-, los propios organizadores del
Mundial reconocieron que más de 100.000 espectadores tendrán
que recoger sus tickets en las ventanillas horas antes de los
partidos.
La FIFA había diseñado una tecnología tan “avanzada” para las
entradas que Byron, la compañía británica encargada de
imprimirlas y distribuirlas, no llegó a tiempo en muchas de
las ocasiones, especialmente para las de personas que salieron
de sus países con destino Japón o Corea hace ya días.
Las entradas incluyen el nombre de la persona que las ha
comprado, además de sofisticados sistemas de marcas de agua
para evitar la falsificación y la reventa, pero dichos
sistemas también han provocado graves retrasos en la
distribución de los tickets. A esto los dirigentes llaman
progreso, pero las Leyes de Murphy (“Si funciona, no lo
toque”, p.ej.) parecen tener más vigencia que nunca.
Hong Kong, los cines vacíos
Los exhibidores cinematográficos de Hong
Kong manifestaron ayer su desazon por el impacto que esta
causando en su economía el mundial. Desde el inicio del
campeonato, las ventas de entradas se han reducido más de un
50%, mostrando salas vacías en títulos de éxito.
La mayoría de los ciudadanos prefieren
acudir a bares y establecimientos que han instalado pantallas
gigantes donde se siguen los partidos estrella del Mundial
Agencias
sábado mayo 24, 2014