Los estados demandantes pidieron a la
juez del caso anti monopolio contra Microsoft que fuerce a la
compañía a revelar información sobre sus programas, mientras
que la defensa del gigante informático afirmó que han tomado
en cuenta "el mensaje".
Estas declaraciones se dieron en la
audiencia durante la cual ambas partes presentaron sus
argumentos finales ante un tribunal federal.
Antes del cierre del caso, la juez federal Coleen Kollar
Kotelly recomendó a las dos partes que se concentrasen más en
armonizar las propuestas de sanciones, y menos en sus
diferencias, en un proceso que lleva ya cuatro años ante los
tribunales.
Los nueve estados demandantes fueron los primeros en
presentar sus argumentos.
El abogado de
éstos, Steven Kuney, se burló de algunas recientes
declaraciones del presidente de Microsoft, Bill Gates, y dijo
que "de alguna manera la gente de Microsoft sabe más que todos
los demás en el resto del mundo".
"Ellos
saben lo que es bueno para el ecosistema de la computadora
personal, y lo que es bueno para Microsoft es bueno para la
economía, y es bueno para los consumidores y para todos los
demás. Ellos lo saben todo", ironizó el abogado.
Kuney señaló que la principal prioridad de las sanciones es
forzar a Microsoft a que revele suficiente información técnica
como para que los otros programadores puedan trabajar, porque
"esto es lo más saludable para la industria tecnológica".
El abogado de Microsoft, John Warden, replicó a Kuney
argumentando que "Microsoft no afirma que el monopolio es la
forma preferida de organización industrial".
En un ejercicio de humildad, Warden reconoció que "no hemos
desaprovechado la oportunidad para tomar en cuenta el mensaje.
No hemos afirmado que somos inmunes a la ley o nada parecido".
Warden, sin embargo, dijo que los precedentes del Tribunal
Supremo señalados por Kuney para justificar las estrictas
medidas antimonopolísticas de los demandantes, no pueden
aplicarse a Microsoft.
El caso comenzó en
1998 cuando el gobierno federal, los gobiernos de 18 estados y
el Distrito de Columbia demandaron a la empresa de Bill Gates
por prácticas ilegales y competencia desleal en perjuicio de
otras empresas del sector.
En 2000, un juez
federal dictaminó que la empresa incurrió en competencia
desleal y prácticas ilegales para mantener y extender su
hegemonía.
Tras la sentencia, el gobierno
federal y nueve estados llegaron a un acuerdo, que espera la
aprobación de la juez Kollar Kotelly en un trámite separado.
Otros nueve estados y el Distrito de Columbia argumentan que
el pacto contiene muchas escapatorias para la empresa
informática y que no se castiga debidamente a Microsoft por
sus infracciones del pasado, lo que los llevó a proseguir con
su demanda.
Se espera que la juez Kollar Kotelly, en algunos meses, dé su
veredicto sobre el acuerdo firmado entre Microsoft, el
Departamento de Justicia federal y los gobiernos estatales.
Las jurisdicciones que mantienen la querella son Iowa, Utah,
Massachusetts, Connecticut, California, Kansas, Florida,
Minnesota y Virginia Occidental, con el Distrito de Columbia.
La juez, que ha pedido a Microsoft que considere las partes de
las propuestas de los estados que le "sean menos onerosas",
rechazó la semana pasada un pedido de la compañía informática
para que se desestimara totalmente la demanda en cuestión.
Una de las exigencias de los nueve querellantes es que se
exija a la empresa de Bill Gates la producción de una versión
"modular" de Microsoft, que otorgue a los fabricantes de
computadoras la opción de retirar programas, como Explorer
-navegador de Internet-, que ahora son aplicaciones
incorporadas en el sistema operativo.
La
integración de Windows con sus aplicaciones ha hecho muy
populares programas tales como Word, en detrimento de los
productos de otras empresas.
Los
querellantes quieren que, en el futuro, los usuarios de
Windows puedan elegir los programas que más les gusten.
sábado mayo 24, 2014