Los trenes retienen las ondas de los
teléfonos móviles y crean campos electromagnéticos
potencialmente cancerígenos
Los vagones de los trenes hechos de acero impiden la salida de
las ondas de los teléfonos móviles y crean campos
electromagnéticos que son potencialmente cancerígenos, según
un estudio de la universidad japonesa Tohoku publicado la
semana pasada.
Aún cuando los teléfonos móviles están apagados, las
estaciones base localizan a los usuarios porque los aparatos
emiten una señal continua que ha sido relacionada además con
tumores cerebrales y la leucemia, afirma el estudio.
La investigación, dirigida por el profesor de física térmica
Tsuyoshi Hondou, equipara los vagones de los trenes
metropolitanos, tanto del metro como de cercanías, a cajas de
acero que hacen circular en su interior las ondas
electromagnéticas y convierten esos vehículos en una especie
de "horno microondas".
Un vagón en el que viajen cincuenta personas con teléfonos
celulares que emita cada uno una señal de 0,4 vatios generará
un total de 20 vatios, mientras que las regulaciones locales
estipulan un máximo de 2 vatios para cada móvil, continúa el
estudio.
En las horas punta un vagón de tren llega a transportar a unos
trescientos pasajeros, muchos de los cuales envían o reciben
correos electrónicos, advierte la investigación que recomienda
tomar medidas preventivas que tengan en cuenta los efectos de
las ondas electromagnéticas en espacios cerrados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en enero
pasado un comunicado en el que afirmó que hasta entonces no
era posible determinar si los campos electromagnéticos creados
por los celulares y sus antenas base podrían ser causantes de
cáncer.
El informe del organismo mundial se emitió a raíz de la
aparición de cuatro casos de cáncer en alumnos de un colegio
de Valladolid (centro-norte de España), que se atribuyeron a
los campos electromagnéticos emitidos por las antenas de
telefonía móvil instaladas en un edificio cercano.
La Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer,
dependiente de la OMS, señaló en 2001 que los campos
magnéticos de baja frecuencia (entre 50 y 60 hertzios) son una
posible causa de cáncer. Agencias
sábado mayo 24, 2014 |