Músicos de jazz, gospel y rock han
estado encantados por mucho tiempo con el sonido casi único
del órgano Hammond B-3, pero se quejaban por tener que cargar
con el instrumento de 130 kilos, siempre que tuvieran el
dinero suficiente para comprarlo.
La compañía berlinesa Native Instruments, líder en la
revolución musical por medio de programas de computación,
ahora hizo posible que los nuevos equipos informáticos puedan
procesar en tiempo real y crear los sonidos de instrumentos
tradicionales como el B-3 a tan sólo una fracción de su costo
original, por medio del programa B4, que simula el mismo
sonido sin que exista retraso entre el momento que se presiona
la tecla por una nota y en que se escucha el sonido creado por
la máquina.
"Somos una combinación de 'nerds' y entusiastas, además de ser
gente muy relacionada a este negocio", dijo a la agencia
Reuters el presidente de la compañía, Daniel Haver, quien
estimó que el potencial del mercado mundial de programas
musicales por computación es de 1.000 millones de dólares si
es que los programas reemplazan a los sintetizadores y a los
pies o cajas que producen eco y otros efectos especiales para
las guitarras. El año pasado, Native Instruments tuvo ingresos
por varios millones de dólares y fue rentable, explicó Haver.
sábado mayo 24, 2014 |