Entrar a casa, encender la computadora, abrir el correo
electrónico y ponerse a navegar en la red se ha convertido en
rutina diaria para millones de personas. Para algunos,
lamentablemente, entre el hábito y la adicción apenas hay
diferencia, y muchos usuarios de Internet están cruzando ese
umbral.
Verónica López Fitanovich
Reproducido de "lacompu.com" - Junio de 2000
Los expertos no logran ponerse de acuerdo a la hora de definir
la adicción online, pero la mayoría coincide en que hay
personas que pasan en la Web más tiempo de lo que podría ser
considerado normal. La Universidad Humboldt de Berlín ha hecho
el más reciente esfuerzo por cuantificar la adicción a
Internet, en un estudio que involucra a 300.000 usuarios de la
red en Alemania identificados como potencialmente adictos.
El estudio, a cargo del departamento de Psicología de la
universidad, incluye también a unas 14.000 personas que están
siendo sondeadas a través de Internet . "Adolescentes y
mujeres de edad son especialmente vulnerables", dice el
psicólogo Andre Hahn, uno de los científicos participantes en
el proyecto.
El adicto pasa un promedio de 34 horas semanales en la red,
dice Hahn. Según el estudio, el usuario debe reunir cinco
criterios para ser considerado como potencialmente adicto.
"Estas personas están 'online' la mayor parte del día, han
perdido el control de sí mismos, muestran síntomas psíquicos
de aislamiento, desean pasar cada vez más tiempo 'online' y
tienen problemas con su pareja o en el trabajo", señala el
investigador.
Además de adolescentes y mujeres de edad, también solteros sin
educación secundaria e incluso jubilados se encuentran dentro
del grupo de riesgo.
Friedrich Gocht, un psicoterapeuta especializado en adicción,
señala que el promedio de edad de los adictos a Internet puede
aumentar. "Muchas personas de edad tienen pocos contactos
sociales y tienden a pasar mucho tiempo en línea", señala. Así
lo afirma también Gabriele Farke, directora de uno de los
primeros grupos de autoayuda para la adicción a Internet.
"Muchas mujeres mayores de 70 años nos contactan", dice.
La organización ha recibido desde junio del año pasado más de
2.000 llamadas pidiendo ayuda. Farke sabe muy bien cuán
dolorosa puede ser la adicción online. Como ex adicta, habla
francamente sobre su pasada dependencia. "Internet dominaba mi
vida hasta tal punto que me peleaba constantemente con mi
hija", dice Farke. Cree que la enfermedad de la adicción
online no ha sido tomada en serio por la comunidad de salud
mental ni por la sociedad entera.
Pero la adicción, afirma, puede venir antes de lo esperado.
"Los novatos corren el riesgo de quedar atrapados en la Web",
dice Gocht. Según los investigadores de la universidad
Humboldt, usuarios nuevos suelen carecer de objetivos claros,
y por eso se pasan a toda hora explorando "chat rooms",
juegos, música y sitios relacionados con el sexo.
La adicción de Internet no es
fisiológica
Y, al contrario que otros comportamientos
adictivos, como el fumar, la adicción de Internet no es
fisiológica, sino de naturaleza más bien psicológica. "Navegar
por la red se convierte en un hábito que se sale de los
moldes", explica Gocht.
El fumar conduce a una adicción que hace que el adicto desee
cada vez más cigarrillos. La adicción a Internet se desarrolla
gradualmente, al tiempo que el usuario pasa más y más tiempo
online para satisfacer su necesidad creciente".
La adicción a Internet no es considerada oficialmente como
enfermedad en la mayoría de los países. Pese al número
creciente de estudios sobre el problema, no hay todavía datos
esenciales sobre la adicción online. Esta falta de información
dificulta también los intentos de tratamento.
"Esta enfermedad no tiene paralelos. Hasta ahora no se había
visto un desarrollo social de tales dimensiones", dice Gocht.
Los estudios disponibles son insuficientes por falta de
información de diagnóstico, y es así como la adicción a
Internet no es reconocida como problema patológico. La
clasificación internacional de enfermedades (ICD) de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) no incluye la adicción
a Internet como una enfermedad particular dentro de las
enfermedades mentales.
Por el contrario, la ubica dentro de la categoría "control
perturbado de impulsos". Hay, asimismo, científicos que se
oponen a calificar de adicción el uso excesivo de Internet,
como el psiquiatra y neurólogo vienés Hans Zimmerl, quien se
refiere a ello como "uso patológico de Internet" (PIG).
Clasificar como adicción el uso excesivo de Internet es
decisivo a la hora de saber quién paga el tratamiento. Gocht
estima que las compañías de seguros deberían cubrir este
tratamiento. "Ninguna aseguradora puede ignorar a un paciente
que necesita una terapia", asevera. Los síntomas del uso
excesivo de Internet incluyen depresión, insomnio y dificultad
de concentración, síntomas similares a otras adicciones.
Uno de los pacientes de Gocht perdió incluso su trabajo: "Este
hombre estaba obsesionado por un sitio de 'chat' y se pasaba
en la Web el 70 por ciento de su tiempo de trabajo". Uno de
los objetivos del tratamiento, señala Gocht, es enseñar al
paciente a navegar en la Web bajo control. "Una terapia
posible es hacer ver al paciente lo que se está perdiendo
durante el tiempo que se pasa online", dice el psicoterapeuta.
"Si te pasas todo el día pegado al monitor, no puedes ir al
bar ni hacer deportes", recomienda.
El poner el énfasis en aquello de que se están privando puede
motivar a los pacientes. Su paciente logró aprender a
controlar el uso de Internet, encontró un nuevo trabajo, y
tiene una vida familar estable. Puede navegar en la red sin
excesos. "Muchas de estas personas casi no pueden vivir sin
Internet", dice Farke. "El objetivo debe ser participar en la
red conscientemente, sin crear un mundo imaginario".
sábado mayo 24, 2014