"Cuando se cumple un año de los
trágicos acontecimientos de Nueva York y Washington, el
balance es abrumador : la cruzada antiterrorista, y los
patinazos que ha provocado, tienden a colocar a Internet bajo
la tutela de los servicios de seguridad", manifiesta
Robert Ménard, secretario general de Reporteros Sin Fronteras.
"La Red podría formar parte de la lista
de "daños colaterales" de la deriva generalizada de la
seguridad. Las libertades digitales fundamentales se han
visto, innegablemente, amputadas".
Con motivo del primer aniversario de los atentados del 11 de
septiembre de 2001, Reporteros Sin Fronteras ha presentado un
informe en el que denuncia los graves golpes asestados a
Internet, a partir de esa fecha. Y los hechos son muy
elocuentes.
Los países tradicionalmente denunciados por no respetar los
derechos humanos y la libertad de expresión ( China, Vietnam,
Arabia Saudí, Túnez, etc.), han aprovechado con oportunismo el
contexto de la campaña antiterrorista internacional, para
reforzar sus dispositivos policiales y legislativos de cerco
de la Red. Y para acentuar su represión sobre los
ciberdisidentes.
"La situación es muy inquietante porque, además de a los
países enemigos de la libertad de expresión, Internet ahora
tiene que enfrentarse a una nueva amenaza procedente de las
democracias occidentales", precisa Robert Ménard.
Muchos países han aprobado leyes y medidas que están a punto
de colocar a Internet bajo la tutela de los servicios de
seguridad. Han organizado la conservación generalizada de las
informaciones relativas a los e-mails recibidos y enviados, y
a las páginas consultadas en la Red. Lo que transforma a los
proveedores de acceso a Internet, y a los operadores de
telecomunicaciones, en potenciales auxiliares de la policía.
Finalmente, los servicios de policía y de información ahora
pueden acceder, con una desconcertante facilidad, a toda esa
masa de informaciones. Esta deriva equivale a sospechar, a
priori, de todos los ciudadanos.
El informe cita, entre otras, la Resolución 1373 relativa a la
lucha contra el terrorismo, votada por el Consejo de Seguridad
de la ONU el 28 de septiembre de 2001 ; la USA Patriot Act,
adoptada en Estados Unidos el 24 de octubre de 2001, y los
decretos presidenciales de George W. Bush ; la revisión de la
Directiva europea sobre la protección de datos de
telecomunicaciones, votada el 30 de mayo de 2002 ; la
aprobación de leyes, en los Parlamentos nacionales, un poco
por todo el mundo ; las recomendaciones del G8 y de Europol
(policía europea), etc.
"Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, España,
Italia, Dinamarca, el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa
y el G8 han atacado, al filo de los meses, a las libertades
digitales", deplora el secretario general de Reporteros
Sin Fronteras. "Sin embargo, esos países y esas
instituciones tienen una cultura democrática profundamente
enraizada. Sus ciudadanos lucharon para ganarse el derecho a
la libertad de expresión, a la protección de la
confidencialidad de sus correos y al secreto de las fuentes de
los periodistas".
Robert Ménard se pregunta : "¿Qué harían los ciudadanos, de
Europa y de otros lugares, si se les anunciara que se ha
aprobado una ley que permite controlar, con total impunidad,
el correo que manda por los servicios postales y que, en
virtud de ese texto, los servicios de policía pueden, en
cualquier momento, seguir la pista de sus intercambios
epistolares ? Se sublevarían contra esos actos liberticidas.
Y, sin embargo, ese tipo de medidas son las que se han
aprobado, o están a punto de hacerlo, para Internet. Por
tanto, exigen una mayor vigilancia por nuestra parte".
sábado mayo 24, 2014