Los hechos ocurridos en Italia e Irlanda ponen de relieve,
una vez más, las dificultades que la tercera generación de
telefonía móvil (3G) encuentra para salir al mercado en la
Unión Europea.
El operador italiano Omnitel, propiedad de Vodafone, ha
mencionado la carencia de terminales como una de las razones
principales por las que está frenada la comercialización en
Italia de los servicios de telefonía móvil multimedia hasta
mayo de 2003.
En Irlanda, donde sólo tres empresas solicitaron las licencias
3G ofrecidas, el operador O2 ha confirmado que desea compartir
el coste de construcción de una red 3G. Los costes de
instalación de la red implican que la empresa tendrá que
buscar una alianza, posiblemente con la británica Vodafone.
La Comisión Europea ha aprobado un acuerdo similar entre la
empresa matriz de O2, mmO2 y T-mobile para compartir los
costes de implantación de infraestructura 3G en Alemania.
sábado mayo 24, 2014 |