"Ya'akov bar Yosef akhui di Yeshua”
Mireia Cortés - El reciente
descubrimiento de un osario en Jerusalén con la inscripción "Jacob, hijo de
José y hermano de Jesús" ha causado un notable revuelo, al interpretarse
como una prueba de que Jesús de Nazaret habría tenido hermanos lo que,
supuestamente, haría tambalearse las bases del cristianismo. Pero, ¿tuvo Jesús
hermanos? Y, en caso afirmativo, ¿qué trascendencia tendría para la fe
cristiana? .
Andre Lemaire, especialista en inscripciones antiguas en la Escuela
Práctica de Estudios Superiores de Francia, encuentra "muy probable" que se
trate de una referencia auténtica a Jesús de Nazaret y la fecha sería el año 63
DC, unas tres décadas después de la crucifixión.
La probabilidad de que la inscripción realmente haga referencia a Jesús de
Natzaret, según el propio Lamaire, reside en que aunque los tres nombres eran
comunes en la antigüedad en Palestina, la probabilidad estadística de que
aparezcan juntos y en esa combinación de parentesco es extremadamente pequeña.
El autor del descubrimiento también subraya que la mención a un hermano -Jesús-
es inusual en esa clase de inscripciones, lo que indica que ese Jesús debía de
ser una figura bien conocida.
Según Hershel Shanks, director de la Revista de Arqueología Bíblica (publicación
en la que aparece el articulo), esto significaría la primera aparición del
nombre de Jesús en el registro arqueológico. Hasta el momento el vestigio
arqueológico más antiguo era un fragmento de del Evangelio según Juan en un
papiro que data del 125 después de Cristo, aproximadamente. La Biblical
Archeology Review, publicación especializada en arqueología bíblica, es una
publicación objeto de polémica por su empeño en demostrar la verdad histórica de
las Escrituras, algo que un nutrido grupo de estudiosos considera que no es un
objetivo científico. La revista subraya, respecto al hallazgo, lo inesperado de
hallar documentación sobre Jesús o sus parientes, dada, dice, la extracción
humilde de todos ellos.
¿Un hermano?
Según Flavio Josefo, el historiador judío del primer siglo, Jacobo -conocido
también como Santiago o Tiago- fue condenado a muerte por lapidación en el año
62 o 63 por predicar la divinidad de Jesús.
Aunque su nombre se indique en las Escrituras, la Iglesia católica nunca ha
aceptado que Jesús de Nazaret, el que naciera en Belén, haya tenido hermanos
biológicos. Varios pasajes de la Biblia se lee sobre los "hermanos" de Jesús, el
catolicismo entiende que esta palabra indica que el termino equivaldría en la
actualidad a primos, pero no nunca a lazo de sangre directo, ya que para el
Vaticano, la Virgen María sólo concibió -por la gracia divina- a Cristo.
En cambio los ortodoxos y protestantes ven la posibilidad de una vinculación
fraternal. Los primeros, ortodoxos, ven en Jacobo a un hijo anterior de José,
mientras que algunos protestantes se inclinan por la hermandad biológica.
El hallazgo
La inscripción que ha causado tanto revuelo arqueológico, histórico y teológico
llegó a ojos de Lemaire por casualidad. Los osarios de este tipo fueron
utilizados por los judíos entre los años 20 y 70 después de Cristo. Luego de que
el cadáver de la persona querida se desintegraba tras estar enterrado cerca de
un año, los huesos eran guardados en estas urnas de piedra calcárea.
Un hombre que ha preferido mantenerse en el anonimato compró la urna hace 15
años en un remate, por una cifra entre 200 y 700 dólares. El comerciante árabe
que se la vendió le informó que provenía de un suburbio de Jerusalén colmado de
tumbas antiguas.
Lo último que se sabe sobre esta valiosa urna es que el gobierno de Israel ha
concedido un permiso de exportación con validez de cuatro meses para que el
objeto salga del país. El permiso para que la reliquia pueda salir del país se
concedió antes de que las autoridades comprendiesen la naturaleza del
descubrimiento.
Para examinarlo, por tanto, los israelíes tendrán que esperar hasta que la urna
regrese a su lugar de origen a fines de febrero. La Administración de
Antigüedades de Israel (IAA) dispondrá entonces de noventa días para examinar la
cámara mortuoria. Después de que la urna sea examinada por especialistas de IAA,
será devuelva al coleccionista o el gobierno podrá intentar comprarla para que
quede en manos públicas.
sábado mayo 24, 2014