Todo empezó con unas declaraciones de la popular cantante en que arremetia contra el precio de los CDs en el mercado y realizadas durante una gira en Valencia, que el lector encontrará en estas páginas.

La Asociación Nacional de Empresas Distribuidoras de Discos (Anedi) vio en aquellas afirmaciones una apología de la piratería y el lunes decidió vetar a la intérprete. Al final, y tras una conversación radiofónica entre las dos partes, todo quedaba en un «malentendido», según Anedi, y la música de Alaska estará disponible de nuevo en las tiendas. Eso sí, las discográficas amenazan con vetar la obra de todo aquel cantante que apoye el “top manta”. 

La historia –en palabras de Nacho Canut, compañero de fatigas de Alaska-, empieza con un fan de Bilbao que acudió el lunes a un centro comercial para reservar el último single de Fangoria, Hombres, que salía ayer martes al mercado. Un vendedor le anunció entonces la retirada de los discos e incluso le mostró el comunicado que Anedi envió a sus tiendas asociadas. En él se aseguraba que de las declaraciones de Alaska -«No es de recibo cobrar 21 euros por un CD si cuesta 3», dijo la artista-«se desprende que la venta ilegal de discos sólo afecta a los autores, omitiendo los grandes daños que la piratería produce en las tiendas». 

Anedi en un comunicado consideraba que estas declaraciones provocaban una confusión «en cuanto al verdadero alcance de los perjuicios que este problema está provocando en los pequeños comercios». Asombrado, el fan llamó por teléfono a un amigo común de Canut y descubrió que los artistas no sabían nada del “castigo”. 

Comunicado de Alaska

Tras conocer la noticia, Alaska enviaba un comunicado a los medios para denunciar «un asunto sorprendente en el que me he visto involucrada»: «Ignoro a qué declaraciones se refieren», aseguraba la cantante, para pasar después a detallar en cuatro folios su postura acerca de la piratería, «un problema que va más allá de la acción policial y poco más. Con detener a los inmigrantes no solucionamos mucho, se desmantela una red y cae otra...», decía y apostaba por bajar los precios de los CD, «que todos sabemos que son excesivos. Y todo el mundo seguiría ganando dinero», rezaba el comunicado. 

La artista continuaba después achacando la actual situación, entre otras consideraciones, a los libretos de muchos discos «que no ofrecen nada y que hacen que un disco mal copiado y fotocopiado no difiera mucho del original» y a la «falta de atención» de las televisiones hacia la música». Señalaba también la paradoja de que algunas multinacionales «fabrican aparatos para grabar CD vírgenes». 

El revuelo originado culminó con una entrevista en un programa de radio que también contactó con el responsable de Anedi y que concluyó con el anuncio de que los discos volverían a las tiendas. Manel Amat, miembro de la asociación, aseguraba que se han «aclarado las posturas». «También creemos que hay que bajar los precios, pero a nosotros un CD nos llega costando 12 euros. Y tienen un IVA del 16%, cuando el de los libros es del 4%. Lo de Alaska ha podido ser un malentendido, pero retiraremos los discos de aquellos que defiendan la piratería», amenazó.