Una de cada diez grandes compañías españolas ha sancionado a algún trabajador
por hacer un uso incorrecto del correo electrónico o Internet, y algo menos del
tres por ciento ha llegado a despedir a alguno por este motivo, según un estudio
realizado por el centro de ingestigación de la escuela de negocios IESE y la
auditoría PricewaterhouseCoopers, 'e-Business Center PwC&IESE'.
Agencias - Esta proporción resulta aún mayor al estudiar las empresas que
sí tienen medidas de supervisión de estas herramientas, una de cada cinco, que
sancionan por este motivo a entre uno y cinco trabajadores. Además, hay que
apuntar que los despidos tienen lugar únicamente entre las empresas que tienen
normas escritas de Internet y correo electrónico.
El 'Estudio sobre políticas, hábitos de uso y control de Internet y correo
electrónico en las principales empresas españolas', presentado hoy en Madrid,
revela que más de cuatro de cada diez compañías supervisa la navegación de sus
empleados, cifra que se eleva con el tamaño de las sociedades --hasta el 87 por
ciento en el caso de las empresas de mayor facturación--.
Las empresas están adoptando medidas de seguridad informática para reducir el
riesgo de sanciones administrativas y perjuicios económicos debido a las
obligaciones de la normativa sobre protección de datos; las exigencias de la
'Ley de Internet' y legislación comunitaria sobre correos electrónicos no
solicitados; la progresiva difusión de virus y contenidos perjudiciales a través
del 'e-mail'; y el uso excesivo de estos recursos para fines personales.
NORMAS INTERNAS
A falta de una norma precisa que defina cómo pueden limitarse la comunicaciones
electrónicas dentro de las empresas, las grandes compañías españolas están
basando el control del uso que sus empleados hacen de Internet y del correo
electrónico corporativos en normas internas.
Pese a que el 67 y 69 por ciento de las sociedades limitan el uso de estas
herramientas, respectivamente, sólo cuatro de cada diez cuenta con políticas
sobre Internet, y algo menos de la mitad las aplica sobre el correo electrónico,
justificadas, mayoritariamente, por razones de productividad y consideraciones
éticas.
Así, sólo el doce por ciento de las mayores empresas españolas permite un uso
libre de Internet, mientras que la mayor parte opta por restringir parcialmente
el uso que sus empleados hacen de la Red con los medios de la empresa (32 por
ciento). Finalmente, el 37 por ciento de las compañías limita el uso de Internet
a fines totalmente profesionales.
"CONTROL Y CONFIANZA"
El responsable del estudio, Joan Fontrodona, destacó el conflicto que se produce
entre "control y confianza", entre las empresas que tienen el derecho a saber
cómo se utilizan sus recursos en el ámbito laboral, pero que no pueden ir en
detrimento de los derechos de sus trabajadores.
En cualquier caso, las empresas diferencian claramente entre el uso de Internet
y el correo electrónico, puesto que mientras que el 45 por ciento sí controla el
uso que sus empleados hacen de la Red, sólo la mitad (24 por ciento) supervisan
el 'e-mail'.
La explicación a este fenómeno hay que buscarla, además de en la mayor facilidad
técnica de la supervisión de Internet, en la perspectiva legal, puesto que la
supervisión de la navegación se viene asimilando --ante la ausencia de una
regulación específica-- con el control de los números de teléfono desde el
trabajo, algo que no requiere ningún tipo de notificación previa si no se entra
en el contenido de las llamadas, apunta el estudio.
En cambio, el control del correo electrónico suele ser equiparado con la
inspección de taquillas en los vestuarios de la empresa, por lo que, para que
sean lícitos, se deben cumplir tres requisitos: notificación previa o normativa
interna advirtiendo de la posibilidad de realizar controles; participación de
los representantes de los trabajadores en la aprobación de dicha normativa; y
respuesta a una causa justificada.
POLÍTICAS ESCRITAS
Sin embargo, la primera condición no se cumple o desconoce en la mayoría de
empresas españolas, puesto que menos de la mitad cuenta con políticas escritas
al respecto (39 por ciento en el caso de Internet y 47 por ciento para el
'e-mail'). En estas circunstancias, si una compañía realiza un control del
'e-mail' puede vulnerar el derecho a la intimidad en las comunicaciones del
trabajador investigado, añade el estudio.
El socio de Landwell-PwC Javier Ribas apuntó que el correo electrónico e
Internet se han convertido en "fisuras" para la seguridad de la empresa, y que
algunas fugas de datos pueden afectar a su "propia supervivencia". Además, la
empresa tendrá responsabilidad civil por su empleado, aunque la penal le
corresponda exclusivamente a este último, explicó.
Aunque los autores del estudio advirtieron sobre las respuestas a los usos de
estas herramientas, cuatro de cada diez empleados nunca utiliza el correo
electrónico e Internet con fines personales. En cambio, existe un trece por
ciento de los empleados que utilizan, al menos, una hora diaria de estas
aplicaciones con esas finalidad, siendo los usos más frecuentes los servicios de
noticias, los financieros y la búsqueda de informática.
sábado mayo 24, 2014 |