Agencias y Redacción - Innumerables activistas, ya sean los
pacifistas o los belicistas, tienen la capacidad de atacar o inhabilitar los
sitios de Internet del campo opuesto, dejando a su paso un cementerio de páginas
dañadas o alteradas.
"Este es el futuro de la protesta" dijo Roberto Preatoni, fundador
de Zone-H, una firma de Estonia que vigila y registra los ataques de
ciberpiratas. Desde que comenzó la guerra en Iraq la semana pasada, la empresa
ha registrado más de 20.000 mutilaciones de cibersitios.
La víctima más notoria fue al-Jazeera, la cadena de televisión por
satélite con sede en Qatar, que molestó a muchos televidentes occidentales
cuando transmitió imágenes de soldados estadounidenses y británicos muertos y
otros capturados como prisioneros de guerra.
El sitio en idioma árabe, www.aljazeera.net, resucitó el viernes, pero el acceso
al sitio en inglés aún era imposible, como resultado de consecuentes ataques de
piratas desde el lunes. El más sonado de ellos fue el secuestro del dominio y su
redirección hacía otro dominio. La cadena intento reaccionar rápidamente pero
Network Solutions, una compañía que en sus orígenes estuvo relacionado con la
CIA, impidió el cambio.
En el mensaje que exhibía el sitio, a través de la nueva dirección se podía leer
"pirateado por la cibermilicia patriota de la libertad", debajo de un
logo que contenía la bandera estadounidense. Tras la breve proclama, se podía
encontrar la frase de "Dios bendiga a nuestras tropas".
Algo común en tiempo de guerra... acallar al enemigo
Al-Jazeera no fue la única. Cibersitios en ambos lados de la guerra han sido
atacados, incluso algunos que no tienen una vinculación obvia al conflicto.
La semana pasada, cuando comenzaron a caer las primeras bombas en Bagdad,
cientos de cibersitios de empresas, gobiernos y municipios estadounidenses y
británicos, fueron alterados con mensajes antiguerra, según reportaron expertos
en seguridad.
Aparentemente, a las pocas horas, los piratas que apoyan la guerra lanzaron una
ofensiva contra cibersitios árabes.
Los ciberpiratas son difíciles de rastrear, lo que lleva a las víctimas a
preguntarse si los crecientemente sofisticados ataques son parte de un arsenal
militar mayor.
En un editorial en el diario británico Guardian el viernes, Faisal
Bodi, uno de los editores de aljazeera.net, apuntó al gobierno
estadounidense. "Pocos aquí dudan que la procedencia del ataque es el
Pentágono", escribió.
Los expertos en seguridad han descartado rápidamente la existencia de
iniciativas de ciberataques patrocinados por los gobiernos.
Tradicionalmente, estas actuaciones están vinculadas con grupos privados o
individuos con un punto de vista particular para comunicarse, o con el intento
de amordazar a sus oponentes.
Las alteraciones de cibersitios regularmente son vinculadas a un graffiti
digital. Al colocarse en la web, el mensaje tiende a tener una exposición más
amplia, pero se mantiene por un corto período de tiempo.
Pero lo más preocupante es cuando un pirata gana acceso a un servidor de
computadoras detrás de un cibersitio, que es el depósito central de los datos
corporativos.
Un ataque más crudo pero efectivo es el llamado "negación de servicio",
cuando los piratas lanzan un ataque repentino a un sitio y lo saturan con datos
sin sentido que ocasionan su cierre.
Mucho más fácil es la petición continua de datos al servidor saturando su
servidor que se ve incapaz de responder a todas las solicitudes hasta que
finalmente cae de la red. Esta modalidad del tipo DoS esta siendo la más
utilizada por los grupos de activistas antiguerra en esta última semana.
Este fue el método utilizado para atacar sistemáticamente desde el pasado jueves
el sitio del Partido Popular en España y que fue promovido bajo el nombre
de "sentada virtual" por el www.sentadadigital.tk.
Aunque no fue el único, desde distintas paginas se han habilitado sistemas
semejantes para tirar abajo medios periodísticos que han mostrado su
alineamiento a favor de la guerra, como la CNN o la Fox principalmente.
"La gente no toleraría a los grupos que quemen librerías o medios de prensa
que venden publicaciones con las que no están de acuerdo. No deberían tolerar el
equivalente en la Internet", afirmó Ian Brown, director de la
Fundación para la Investigación de Política de Información, un grupo
británico de expertos en libertad de expresión.
Pero otros están convencidos que lo peor aún está por venir.