La llegada al mercado hace dos semanas de la nueva "Cola Turka" ha acaparado
la atención de los medios y ciudadanos de Turquía. El lanzamiento se ha visto
beneficiado por un sentimiento antiamericano propiciado por el inicio de la
guerra de Irak y la negativa del Gobierno Bush de confiar a este país el
desplegamiento de tropas en el Kurdistan. La detención hace escasos días de once
soldados turcos en esa zona, levantó un boicot hacía todo tipo de productos
americanos, siendo la Coca Cola la más perjudicada debido a su liderazgo en el
mercado de los refrescos.
Los turcos han descubierto un nuevo refresco con un sabor similar pero que se
define como propia del país y de sus costumbres, la "Cola Turka". Lanzada a
bombo y platillo el refresco ha erosionado la cuota de mercado de la bebida
americana y el enfrentamiento ha llegado también al campo político, ya que el
hijo del primer ministro, Tayyip Erdogan, es el distribuidor del producto local,
mientras que el exprimer ministro, Mesut Yilmaz, es el principal distribuidor de
Coca Cola.
El lanzamiento de Cola Turka, que ha venido acompañada de una potente campaña
publicitaria, ha eclipsado la existencia de otros productos alternativos, como
la Mecca Cola, que buscan también crecer a expensas del rechazo de algunos
sectores a todo lo que se asocia a los EEUU.