Estos datos fueron presentados a los ministros de
Telecomunicaciones de la Unión Europea (UE), que se reunieron el pasado jueves,
en un consejo informal en la localidad italiana de Viterbo (a unos 80 kilómetros
de Roma) para analizar el estado del desarrollo de la banda ancha e intercambiar
las diferentes experiencias nacionales para mejorar su desarrollo. Según la
presidencia italiana de turno de la UE, Europa ha logrado una expansión de la
banda ancha del 100 por ciento, frente al 50 por ciento de Estados Unidos.
En el conjunto de la Unión Europea son 10,8 millones los accesos a banda ancha,
frente a los 6,9 millones de Estados Unidos, pero entre los socios comunitarios
existe una gran disparidad.
A 31 de marzo de este año, Alemania estaba a la cabeza de los países europeos,
con 3,6 millones de accesos y un crecimiento del 13,4 por ciento en el primer
trimestre del año. A continuación se sitúan Francia, con 1,7 millones de líneas
de banda ancha y un crecimiento del 30,2 por ciento; Italia, con 1,2 millones y
un 33,3 por ciento de aumento y España, con 1,1 millones, un 18,9 por ciento más
que en el trimestre anterior.
El secretario de Estado de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información
español, Carlos López Blanco, señaló a EFE que el desarrollo de la banda
ancha en España va "razonablemente bien, especialmente en la implantación de
las líneas de alta velocidad ADSL", aunque no tanto como se querría. López
Blanco se entrevistó al margen de la reunión con el comisario europeo de
Sociedad de la Información, Erkki Liikanen, quien le expresó su satisfacción por
cómo se está desarrollando la banda ancha en España ya que, en términos
absolutos, está cerca de países con mucha mayor población, como Alemania o
Francia.
Entre los países con un menor desarrollo de la banda ancha se encuentran
Irlanda, con apenas 4.200 líneas, y Portugal, con 76.800, pero con un
crecimiento del 45 por ciento.
Los ministros se mostraron de acuerdo con la Comisión Europea en que el
desarrollo de la banda ancha debe ser considerado un objetivo prioritario de la
UE. En el debate, mientras algunos países, como España y Alemania, defendieron
el principio de neutralidad tecnológica y la necesidad de poco intervencionismo
por parte de los Gobiernos, algunos expertos de operadoras pusieron un mayor
énfasis en una mayor regulación centrada en el desarrollo de nuevos servicios.
Representantes de France Telecom, British Telecom y Telecom Italia, así como el
profesor Nicholas Negroponte, del Instituto Tecnológico de Massachussets (EEUU),
centraron sus intervenciones en este punto. En lo que sí se mostraron todos de
acuerdo es en la importancia de que el futuro desarrollo de la banda ancha sea
multi-plataforma, es decir, no sólo centrado en líneas ADSL, sino también en los
móviles de tercera generación, el cable o la tecnología sin cables (WiFi).
Al respecto, señalaron que la banda ancha es un concepto que cubre una gran
cantidad de aplicaciones y modalidades de conexión de alta velocidad y elevada
interactividad y una de sus principales ventajas para el ciudadano de a pie es
la posibilidad de realizar trámites de la Administración Pública. También los
teléfonos móviles de tercera generación, que tienen el objetivo de lograr un
acceso más libre y fácil, las aplicaciones sin cable y de alta velocidad y la
televisión digital terrestre. Para tratar de lograr estos objetivos -fijados
para 2005- la UE destinará al fomento de la sociedad de la información 10.000
millones de euros para el periodo 2000-2006, procedentes de los fondos
estructurales, lo que supone el 7,3 por ciento del total de esa partida.
Esto demuestra la importancia que la UE da a la intervención pública en este
sector, como resaltó en su intervención el ministro italiano de Innovación y
Tecnologías, Lucio Stanca. A juicio de Stanca, es necesaria una intervención
reguladora que asegure una competencia equilibrada y favorezca las inversiones
en infraestructuras por parte del sector privado pero con respeto a la
privacidad, protección y seguridad del consumidor.