El diario electrónico "PR Noticias" ha publicado un amplio informe
sobre el alcance de esta polémica que por su interés reproducimos en su parte
esencial para conocimiento de nuestros lectores:
Nace un nuevo concepto
Tras la llegada de los nuevos medios en Internet éstos han sufrido todo tipo de
ataques. Por una parte, el desprecio absoluto a su trabajo. La creación, ante
los grandes anunciantes, del concepto de marginalidad pasando por la acusación
de que sirven a oscuros intereses. Sin embargo, cada día estos medios son más
utilizados como fuente de una forma descarada y nunca son citados. En este grupo
de aventajados medios tradicionales, no se incluyen todos, porque de todo hay.
El conocido Caso Hesperia en el que se vio envuelto el diario digital
micanoa.com es un ejemplo claro de cómo los grandes medios copian sin rubor una
noticia y se hacen dueños de una situación. Cuando los futbolistas del F.C.
Barcelona interpusieron una demanda para proteger su honor, a costa de hundir la
publicación, nadie salió en defensa de esas palabras tan bien copiadas.
Este caso que podría parecer aislado, se repite diariamente. Miguel Ángel
Moncholi, director y socio del desaparecido Burladero.com contaba en una
intervención durante el III Encuentro de periodistas digitales en Huesca que
hartos de ver como las revistas de papel del mundo taurino les copiaban sin
citarles decidieron inventarse una noticia. Se inventaron una plaza de toros,
una ganadería y unos toreros... Todos picaron. Los medios tradicionales sacaron
la crónica como si de una información propia se tratara. Aunque consiguieron
demostrar el recurso a la copia sistemática, nadie se ruborizó. No hubo
autoanálisis. Esta práctica ya habitual convierte a los medios de la Red en una
fuente barata de noticias, en mano de obra esclava al servicio de los intereses
de los grandes patriarcas de la comunicación.
El "clipping" y el resumen de prensa
Sin embargo, esta acción no es recíproca. Las empresas especializadas en la
elaboración de resúmenes de prensa están en el ojo del huracán de los grandes.
Éstos se han unido para intentar frenar lo que consideran una industria paralela
e intentan legislar, haciendo las presiones que sean necesarias ante la
Administración, para proteger sus intereses. ¿Dónde quedan los intereses de los
medios on line?
De conseguir salirse con la suya, los grandes lograrán cobrar un canon por la
elaboración de estos resúmenes y les convertirá en una nueva SGAE. Pero no
debemos olvidar que los derechos que ellos protegen no son de su propiedad. Los
periodistas, escribientes, opinadores, dibujantes... deben saber que el derecho
sobre su trabajo es exclusivamente suyo y son ellos los que deberían cobrar a
esta industria el derecho de cesión de su trabajo.
Los números de La Red
En sentido económico, es mejor no entrar en valoraciones. A los medios que
trabajan en y desde Internet, se les trata como el hermano tonto de los medios.
Los anuncios se pagan igual en una publicación de papel de tercer nivel que en
el diario digital que más visitas concentra. Una revista de 3.000 ejemplares
cobra por una página de publicidad 1.500 euros. Éste es el precio de un banner
bien pagado en una página web que puede tener 9.000 o 1.000.000 de lectores
diarios. La diferencia estriba en que esta cantidad se paga por un mes de
inserción diaria durante las 24 horas.
Con este panorama, la publicidad debe ser valiente y empezar a dar el paso que
tanto temen los tradicionales y apostar con su inversión por un soporte en el
que los lectores están volcados. Pero los números de La Red no son sólo aquellos
que tienen que ver con la inversión publicitaria. Hay otros aspectos dignos de
tener en cuenta.
La nueva apuesta
Después del gran batacazo de la primera -y desmedida- ronda de inversión en
Internet, de la proliferación de medios de todo tipo y de la expansión del nuevo
modelo de hombre Internet (mitad ordenador, mitad hombre y cuarto y mitad
caradura), los inversores salieron despavoridos buscaron otros nichos más
rentables.
Pero algunos lograron sobrevivir. Esta legión de ganadores se esforzaron por
mantener la libertad en sus publicaciones pero sin perder de visa al enemigo
para ver cuando le llegaba su hora. Es en parte de esta legión en la que podemos
fijarnos para hacer algunos números.
La página web periodistadigital.com muestra a sus lectores una ventana en la que
facilita el dato del número de usuarios registrados que están conectados en ese
instante (2.400 de media durante todo el día y 50.300 usuarios registrados).
Tomando este dato como ejemplo, y suponiendo que no se conecte nadie de noche
(depreciando los datos de conexiones de otros países con horarios distintos),
tenemos resultados que nos hacen entender el porqué de los nervios de los
grandes señores de la prensa. Si multiplicamos los 2.400 lectores por el número
de minutos en doce horas nos daría 1.728.000 lectores. Hallar el resto de los
medios de Internet es tan sencillo como dividir este dato entre la posición
relativa al medio comentado.
Otro dato importante a tener en cuenta es que las visitas a las versiones on
line de los periódicos en papel bajan todas. Está claro que los internautas
apuestan por productos de y para la Red y no en el traspasos de contenidos de un
lado a otro.
Mentiras y promociones
Los quioscos de prensa están saturados de caras promociones que alegran el
domingo a los lectores. Pero la pregunta viene cuando nos planteamos cómo van
estas promociones. El diario El País ha lanzado esta temporada una promoción que
parece tener éxito: la venta por 1 euro de la colección de libros Clásicos del
siglo XXI. Su más cercano competidor, El Mundo, parece no estar teniendo la
misma suerte con su curso de inglés. El diario La Razón, gracias a los productos
relacionados con la Liga de fútbol para los más pequeños, está animando a los
padres a comprar el periódico de Luis María Ansón.
Pero nada de esto es necesario en los medios on line. Los lectores acuden a
ellos de forma totalmente objetiva con ansias por obtener información sin
decoraciones de libros, discos, fascículos... Sólo por el mero hecho de obtener
otra información, una información que, en algunos casos, se ha atrevido a romper
el silencioso pacto de no hablar del enemigo por si éste se vuelve en contra de
uno.
¿Hasta cuándo los grandes podrán soportar que redacciones de 1, 2, 4...
redactores tengan más éxito, lectores y credibilidad que sus grandes
portaaviones informativos?
La copia y la cita
Los medios digitales, como ya hemos comentado, son centros de información al
servicio de los grandes medios. En algunas empresas periodísticas como El Mundo,
su director Pedro Jota Ramírez estudió la posibilidad de prohibir desde sus
servidores la entrada a periódicos alternativos que no hablasen bien de él. Todo
un fracaso. Los periodistas se conectarían desde sus casas. Inevitable dejar las
conexiones como están. Se planteó luchar contra la reproducción textual de
artículos y, en la puesta de largo del segundo proyecto de elpais.es, sus
directivos hicieron saber que irían contra aquel que utilizase sus contenidos. Y
ellos, ¿no utilizan el derecho a cita y a reproducir lo que se les viene en
gana?
Hace quince días, nuestra publicación levantaba una exclusiva sobre el Grupo
Recoletos, punta del iceberg de un asunto que nuestra redacción lleva
investigando más de dos meses. El periódico económico de Polanco, Cinco Días
salió al rebufo de esta información, copiando literalmente nuestra noticia a
pesar de no disponer de la querella (punto reconocido por los propios compañeros
del medio). Mientras, su hermano mayor, El País, no publicaba la noticia porque
podrían hablar también de sus directivos aplicando la máxima de perro no come
perro.
Y, ¿que ha pasado? Nada. Con los grandes, nunca pasa nada.
Periodistas clones
Lejos de querer entrar en la polémica legal suscitada por la actuación de
nuestro compañero David Rojo, hay un asunto que no deberíamos dejar pasar.
El enorme ataque sufrido por Rojo en manos de los grandes del periodismo no es
si no una rabieta muy poco profesional de los medios. Por lo pronto, se está
condenando a un colega por publicar algo que -hasta el momento del cierre de
esta noticia- no se ha publicado. Se critican hechos que lo único que están
poniendo en evidencia es el triste letargo en le que viven los periodistas de
los grandes grupos mediáticos, hastiados y aburridos de la mentira en la que
viven, y el horror en el que les han instalado. Soy funcionario de El País, El
Mundo...
Y resulta que es un medio on line, con una estructura mínima pero viva, el que
pone en evidencia esta triste situación en la que da lo mismo copiar pero no ser
copiado. Es decir: yo me mi conmigo y lo que sobra para mí.
Pena de profesión".
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