Por Angel Cortés - director de Noticiasdot.com
Ayer, sábado 22, las ciudades del Estado español volvieron a llenarse de
manifestantes reclamando la paz y el fin de la agresión al pueblo iraquí. Si el
15 de febrero el grito unánime fue ¡No a la guerra!, ayer catalanes,
valencianos, madrileños, andaluces, vascos, gallegos, castellanos, leoneses
exigían el fin de la guerra y repetían constantemente: No en nuestro
nombre, en directa alusión a la decisión del gobierno español de participar
activamente en la invasión de Irak.
Y no es que los ciudadanos de este Estado estemos a favor del dictador Hussein.
Todo lo contrario, pero el pueblo de Irak, los habitantes de Bagdad, de Basora o
los kurdos del Norte no se merecen morir, sacrificar sus vidas, para que un
dictador, sea desplazado del poder por los mismos que años atrás lo apoyaron y
lo armaron hasta los dientes.
Más de 500.000 personas en Barcelona, 200.000 en Madrid, 100.000 en Valencia....
y decenas de miles en otras ciudades lo volvieron a dejar bien claro ayer:
Basta.
Por desgracia, la respuesta del Gobierno ha sido, por el momento, lanzar a las
fuerzas antidisturbios a acallar la protesta y a sembrar el pánico entre los
ciudadanos para que estos no puedan expresar su opinión libremente. Esta no es
la función que queremos para la policía en un Estado democrático y que
seguramente a más de un miembro de esa institución se le habrá revuelto el
estomago al ver algunas actuaciones por la TV.
El Gobierno español aún tiene tiempo de rectificar..