Año 2 - nº 1 -

 
Navidad, cómo mantener una dieta saludable
 Consciente de la época de excesos que se acerca y de la importancia de la nutrición, la directora del programa, la Dra. Panisello, Jefe de Servicio de la Unidad de Lípidos del Hospital de Igualada (Barcelona) y experta en nutrición, nos acerca sus consejos para disfrutar de una navidad saludable.
Como sabemos, no hay ningún alimento que esté prohibido porque no hay ningún alimento absolutamente perjudicial, excepto los venenosos. El perjuicio de los alimentos deriva de una ingesta excesiva o porque al tomarlos dejamos de ingerir otros productos necesarios para nuestra salud.

 Es por ello que ningún alimento debe ser proscrito en nuestros menús navideños, menús que con frecuencia respetan una tradición que se ha ido forjando en nuestras familias a lo largo de generaciones y que forman parte de nuestra cultura culinaria.

¿Por qué no continuar, pues, preparando los platos preferidos por nuestra familia, cuando el importante papel de la tradición así lo requiere?.Podemos optar tanto por platos más tradicionales, como el pavo, el besugo o el cordero; o bien por otros menús más sofisticados, que incluyen recetas con faisán, avestruz, ostras y mariscos. Ahora bien, en ambos casos debemos evitar los excesos y con ellos sus consabidos efectos secundarios como pesadez de estómago y dolor de cabeza.


Decálogo para una Navidad Cardiosaludable

Los siguientes puntos nos darán la clave para una navidad cardiosaludable:

  • La compra.

Calidad sin desequilibrar el presupuesto: Elegiremos alimentos que nos ofrezcan las máximas garantías de calidad. No compre turrones ni mazapanes para un regimiento. Recapacite sobre la cantidad de carne, pescado, marisco o embutidos que va a comprar. ¡Recuerde que la Navidad no dura un mes!. En el caso de los pescados y mariscos, podemos adquirirlos con unas semanas de antelación, procediendo a su congelación, aunque es importante descongelarlos de forma correcta.

  • Entrantes.

Unos entrantes ligeros a base de hortalizas, verduras o sopas a las que habremos quitado el exceso de grasa, pueden ser una estupenda opción.

  • Segundos platos.

Si su opción son las carnes, recuerde que las aves -pavo, pollo, pularda- son menos grasas que las carnes rojas -ternera, cordero, cerdo o embutidos-, aunque puede cocinar cualesquiera de ellas escogiendo preferentemente las partes más magras.

Las carnes de caza son ricas en purinas y pueden no ser la mejor opción cuando en nuestra familia hay enfermos aquejados de gota. El avestruz, para aquellos que les guste, es una opción muy saludable por su bajo contenido en grasas saturadas. Pero recuerde que puede escoger cualquier carne, dado que son muy pocos días los auténticos días festivos.

Los pescados son una excelente opción, tanto los blancos como los azules, aunque cabe tener en cuenta el mayor contenido en grasas de estos últimos en unos días en que el aporte de éstas ya es de por sí es elevado. Un besugo, una dorada, una lubina, un rape o tronco de merluza pueden ser una estupenda opción.

  • Condimentos.

Opte por los que utiliza habitualmente, pero sea comedida en las cantidades de los mismos; no abuse de especias o picantes, que irritan el estómago aumentando la acidez.

  • Cantidades.

Una vez en la mesa, uno de los puntos fundamentales debe ser el no excedernos en las cantidades. Es por ello que aconsejamos austeridad al servir, siendo preferible que algunos de los comensales puedan repetir después.

  • Postres.

Es bueno preparar un postre a base de frutas, como piña, frutas del bosque, fresitas en zumo de naranja, macedonia de frutas etc. La piña y la papaya pueden ser una buena opción, dado que su contenido en bromelina y papaína, respectivamente, facilitan la digestión de las proteínas. Podemos optar también por un sorbete de frutas (mandarina, limón, fresa, melón, piña) o por infusiones (menta, té verde, etc.).

  • No acostarse sin cenar.

Es bueno renunciar a la costumbre de ir a dormir sin cenar, ya que más tarde es probable que aparezca la sensación de hambre y que acabemos "picando" mazapanes, turrones u otros dulces que hayan sobrado. Una cena muy ligera con un caldo de verduras o ensalada y un huevo duro y una fruta o yogurt desnatado pueden ser la solución.

No acostarse enseguida después de cenar. Deben transcurrir al menos un par de horas desde que hemos acabado de cenar hasta el momento de ir a la cama, para evitar el reflujo de alimentos y ácido desde el estómago al acostarnos en la cama.

  • Infusiones.

La manzanilla, el tomillo, el poleo menta y la infusión de anís ayudan a hacer la digestión y a combatir las flatulencias, preferentemente esta última.

  • Turrones y dulces navideños bajos en calorías.

Muchas veces estos productos se anuncian como bajos en calorías y aptos para diabéticos, pero lo cierto es que los turrones "light" engordan prácticamente igual que los normales y, contrariamente a lo que se piensa, los diabéticos también deben controlar su ingesta. Para cuidar la línea sin renunciar al turrón, es preferible y más sano comer el de toda la vida, pero en poca cantidad. Pensemos, además, que la Navidad no dura tres semanas.

Sepa hacer excepciones en los días festivos y volver a su alimentación ordinaria, variada y equilibrada según los cánones de la dieta mediterránea, en los días no festivos.

 

 

 

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