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Ha sido el propio creador del aplicativo, Bram Cohen,
quien durante una entrevista con el New York Times recalco el hecho de
que este no ofrece anonimato a quienes descargan o intercambian ficheros, a la
vez que las posibilidades que ofrece para un uso comercial (y legal) extensivo.
A diferencia de otros aplicativos conocidos, en BitTorrent no existen mecanismos
para ocultar la IP del usuario que se conecta. Además, sería muy fácil
establecer un sistema que registrase las actividades que realizan los usuarios e
identificar de esta manera a aquellos que utilizan la red para la descarga de
software o contenidos ilegales o protegidos por derechos de autor. El autor
llega más lejos, y suponemos que con un intento de quedar bien ante las
asociaciones que protegen las obras bajo derecho de autor, considera entupido
usar BitTorrent para descargar ficheros de este tipo.
Cohen insiste que las ventajas que ofrece BitTorrent para la industria son
magnificas y puede ser una alternativa importante para la distribución de
contenidos que precisen de un gran ancho de banda.
Tanto BitTorrent como eDonkey comparten un nuevo sistema de redes
descentralizadas P2P en el que para poder descargar te conviertes en servidor
para otros usuarios. Un fichero de gran tamaño se convierte en pequeños
fragmentos que se descargan de distintos servidores y que se "juntan" en el
orden del usuario conformando el paquete original. Asimismo, otros usuarios
pueden descargar el fichero de un equipo que esta descargándolo de otro lugar,
conformando una red desestructurada y colaborativa.
La diferencia es que mientras eDonkey es utilizado habitualmente para el
intercambio de ficheros protegidos por derechos de autor, los desarrolladores de
BitTorrent quieren enfocarlo al sector comercial y corporativo por lo que no
ofrecerán demasiados obstáculos a aquellos que deseen conocer quien o quienes
utilizan la red para fines no legales.
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