Dada la negativa de Microsoft, el pedido seguramente se
dirimirá en las cortes Europeas. Microsoft insiste en que eliminar del sistema
operativo los programas multimedia comprometería la buena marcha del equipo, un
argumento que ya fue utilizado por el gigante informático cuando en los EEUU se
decidia si era "licito" o no la inclusión de un navegador.
Opinión que no fue compartida en su momento por Netscape y
que ahora retoma RealNetwork en la defensa de sus intereses comerciales,
añadiendo que Microsoft practica una competencia desleal.
La portavoz de la Comisión Europea, Amelia Torres, no informó sobre ninguna
acción puntual a realizarse, aunque declaró que “La decisión en general
contiene paliativos claros para las conductas ilegales identificadas, paliativos
que reintegraran a los consumidores de Europa a un mercado competitivo.”
Por su parte, Microsoft quito hierro a la polémica, afirmando que "se
encuentra trabajando activamente junto a la Comisión Europea con miras a
encontrar una solución conveniente al caso”.
La Union Europea considera que Microsoft ya está violando las leyes de
competencia, induciendo al uso de su software incluido en Windows, y por no
proveer a sus competidores del mercado con suficiente código de programación,
impidiendo que sus productos puedan funcionar en el sistema operativo como lo
hacen los mismos productos de Microsoft.
La primer medida que tomaría la Unión Europea sería forzar a Microsoft a ofrecer
dos versiones de Windows: una con MediaPlayer y otra sin él.
Microsoft afirma que las exigencias de la Union Europea ya fueron satisfechas en
un acuerdo del año 2001.
Por entonces, Microsoft fue exhortado a incluir la posibilidad de que el usuario
pueda no optar por su software (como Internet Explorer, Windos Media Player y
Messenger).
Como evidencia de que el acuerdo se encuentra funcionando, Microsoft anunció una
alianza entre Hewlett Packard y Apple, dentro de la cual HP preinstalará el
programa iTunes como el reproductor de música utilizado por defecto en sus
computadoras.
Microsoft afirma que profundizar dichos cambios, tal como pide la UE, afectaría
el buen funcionamiento de Windows como sistema.
El consumidor perjudicado
No es la primera ocasión en que desde estas páginas abordamos
este tema y creemos que la fiebre fiscalizadora de algunos organismos europeos
se enfocan más a proteger los intereses de los fabricantes que de los
consumidores. Que los futuros usuarios de Windows no puedan disponer en su
equipo de un reproductor multimedia es tan absurdo como plantear que cuando
adquiramos un vehículo nos lo suministren sin ruedas.
La defensa de la competencia debe basarse en potenciar la
innovación y los derechos de los consumidores y en proteger posiciones
adquiridas a costa de reducir los beneficios que el comprador pueda obtener al
hacerse con un producto.
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