El texto del llamado "Manifiesto de Gran Vía" es el
siguiente:
Hechos
1. El jueves, 11-M, cuando el número oficial de muertos por el atentado aún no
llegaba a los 45, el director de informativos de la SER, Daniel Anido, instó a
dos redactores a que "privilegiaran" la tesis de que la autoría del atentado era
"confusa".
Cuando uno de ellos le replicó que parecía evidente que era ETA, porque el
propio lendakari había salido a las nueve y media ante los medios a cargarle los
muertos a la banda, Anido responde en los siguientes términos: "Si es ETA, el PP
arrasa. Si es Al Qaeda, podemos ganar las elecciones. De modo que la autoría,
desde ahora, es confusa".
2. Todas las "exclusivas" que ha difundido la SER han llegado "desde arriba" y
con instrucciones precisas en cada momento de cómo y cuántas veces repetirlas,
o, en palabras de Carlos Llamas, "machacar con el tema hasta que machaquemos al
PP". La redacción de la cadena SER no ha tenido parte alguna en la consecución
de las famosas "exclusivas".
El brillante equipo de investigación era sólo uno, Antonio García Ferreras,
permanentemente comunicado telefónicamente con dos personas: el ex secretario de
Estado de Seguridad, Rafael Vera, y el dirigente del PSOE Alfredo Pérez
Rubalcaba. Según se comentaba en la redacción, Vera pasaba información,
Rubalcaba la transformaba en munición contra el gobierno y Ferreras pasaba
recado a Daniel Anido.
3. La historia del "terrorista suicida" nunca tuvo el menor fundamento. Muchos
redactores de la SER conocíamos su procedencia y su intención: decantar
definitivamente la balanza de la autoría hacia Al Qaeda y sembrar la duda sobre
toda la información oficial que procedía del gobierno.
Un periodista de la SER se quejó a Daniel Anido de que se divulgara una
información cuya fuente nadie conocía (salvo Antonio García Ferreras) y que
carecía del mínimo contraste. La respuesta de Anido fue: "Hay que apretar porque
se nos acaba el tiempo (en referencia a las elecciones del domingo), así que los
deontólogos y los acojonados ya os podeis ir a casa".
Cuando el periodista sugirió hacer alguna llamada a sus propias fuentes para
contrastar la noticia, Anido le mandó, textualmente, a "tomar por culo".
4. Una vez que la SER empezó a difundir la "noticia" del terrorista suicida, el
Instituto Anatómico Forense llamó a la redacción para pedir, primero, y exigir,
después, que dejáramos de decir falsedades. Se le garantizó a la persona que
llamaba que la información era correcta, a lo que ésta replicó que era un
"completo embuste" y pidió que le dieran el nombre de un solo forense que
acreditara la información.
La respuesta de la dirección de Informativos de la SER fue preguntarle a qué
venía tanto empeño en defender al gobierno, para colgarle el teléfono a renglón
seguido.
5. El malestar del equipo de investigación de la redacción de la SER aumentó aún
más cuando se decidió "informar" el sábado de que el CNI había sostenido desde
el principio la autoría de Al Qaeda.
Por dos fuentes distintas, un redactor de la SER había confirmado que el CNI,
como la policía, se había movido durante la mañana del jueves en la convicción
de que era ETA, y sólo al aparecer la cinta con los versos del Corán empezó a
corregirse el tiro. Aún el viernes por la mañana, la impresión de las fuentes de
la SER en el CNI apuntaban prioritariamente a ETA.
Pese a saber todo esto, el director de Informativos, Daniel Anido, ordena que se
vaya "a saco con lo del CNI", porque sólo queda un día y hay que "joder del todo
a Rajoy", afirmación que hace imprudentemente en presencia de un técnico de
sonido que se atreve a murmurar "viva el periodismo independiente", a lo que
Anido responde que, en este caso, "el fin sí justifica los medios".
6. Cuando empezamos a difundir la "noticia" de que el CNI sabía desde el
principio que era Al Qaeda, el propio director del Centro, Jorge Dezcallar, se
pone en contacto con Antonio García Ferreras para pedirle explicaciones. La
conversación fue, al parecer, bastante tensa.
Dezcallar exige una rectificación y Ferreras le advierte de que "no intente
montar un numerito contra la SER" porque entonces "te vamos a machacar en
antena". Dezcallar opta por hacer un desmentido a la SER en declaraciones a la
Agencia Efe, pese a lo cual la SER sigue sosteniendo a sabiendas la falsa
información sobre el CNI y sus iniciales sospechas.
7. Ya en la mañana del sábado, Daniel Anido comenta que, por la tarde, "le van a
pitar los oídos al cabrón de Aznar". Añade que "se va a montar una buena en
Génova". A media tarde, cuando comienza la concentración ante la sede del PP,
Anido da la consigna de que se hable siempre de "concentraciones espontáneas" y
que se vaya reforzando la cobertura del acto a medida que avance la tarde, para
justificar que se levante Carrusel Deportivo y se emita un especial informativo
que, en realidad, empezó a prepararse por la mañana, cuando se fue avisando a
los tertulianos más beligerantes de Hora 25 para que estuvieran en Gran Vía 32 a
las nueve y media.
"Toda la artillería", en palabras de Anido y Ferreras. "Hay que sacar a la calle
a media España para ponerle la soga a la estatua de Aznar y derribarla" (en
referencia a la imagen del derribo de la estatua de Sadam Husein en Bagdad).
Mientras Anido veía las imágenes de CNN+ desde Génova, con los antidisturbios
desplegados, llegó a decir: "Si tenemos la suerte de que éstos intenten disolver
la manifestación cargando, ¡ganamos la guerra!". El resto, es bien conocido.
POSDATA
La credibilidad de quienes trabajamos en la SER ya sufrió bastante cuando
"nombramos" sucesor a Angel Acebes. Pero ahora la han terminado de rematar. No
existen las fuentes. Sólo existe la intoxicación desde arriba. Funcionamos a
base de consigna diaria y "el que se mueva, no sale en la foto".
Algunos redactores estamos hartos de nuestros "Urdacis" particulares, dos
talibanes obsesionados por derribar gobiernos que se llaman Ferreras y Anido. No
nos gusta que nos utilicen para sus guerras políticas, ni que ataquen a otros
medios de comunicación y a otras cadenas de radio a las que Los redactores de
base debemos muchos favores. Pero, claro, ni la prensa ni la televisión hablarán
nunca de lo que está pasando aquí. Ni Almodóvar, claro. Como dijo el técnico,
"viva el periodismo independiente".
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