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La mano que sujeta el clavo es del director, Mel
Gibson |
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Zeffirelli califica a Gibson, a quien dirigió
en la cinta Hamlet, como "un hombre genial y un magnífico actor", pero
añade que siente "una atracción siniestra por la más desenfrenada violencia",
según declaraciones publicadas en el rotativo milanés Corriere della
Sera.
En un larga carta en la que analiza el polémico largometraje, el director
italiano recuerda cómo Gibson le llegó a confesar que para relajarse, le gustaba
participar en sacrificio de reses en su rancho, y que prefería utilizar el
cuchillo en vez de la pistola "para observar mejor el momento de la muerte".
El director de títulos clásicos como La Fierecilla Domada (1966),
Romeo y Julieta (1968) y Hermano Sol, Hermana Luna (1971), conoce
bien las sagradas escrituras gracias a su película Jesús de Nazaret, que
realizó en 1977.
"Comencé a preocuparme al enterarme que Gibson había decidido hacer una
película sobre la Pasión de Jesucristo", afirma Zeffirelli, de 80 años.
Añade que el espectador sale de la película "acongojado y hecho pedazos",
y no aconseja su visión a los menores de edad.
El director comprende las fuertes criticas que ha recibido el filme por su
exceso de violencia y por su mensaje antisemitico. "Con todo ese
sufrimiento no se podrá evitar pensar que la culpa es de los judíos", y se
lamentó de que así "se vuelve atrás en varios siglos".
"A Mel Gibson el golpe le ha salido bien. Ha conseguido al mismo tiempo un
río de sangre y un río de millones", asegura. La
critica estadounidense dice que falta dignidad a la obra
La opinión del director italiano es compartida por el
prestigioso diario The New York Times quien señalo que la violencia
deja en un segundo plano todas las demás impresiones y que a la película le
falta dignidad. Por su parte el crítico del diario
USA Today dijo que Gibson, un católico conservador, hizo de la Pasión de
Jesús "un repulsivo viaje hacia la muerte" debido a su "obsesión
personal".
Por el contrario, la revista Time comenta que es difícil "no admirar
la Pasión de Gibson". El astro, de 48 años, realizó "una película seria,
notable, atormentada".
También en Chile
"Como dicen en la televisión, mis palabras no representan el pensamiento de esta
Escuela", dijo riendo Ascanio Cavallo -periodista y director de la carrera
de Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez- antes de exponer su opinión sobre
la película "La Pasión de Cristo",en un foro realizado en esa Universidad
Chilena "La película es sólo sangre y dolor físico
desmedido, se parece a la balacera de Matrix. Busca impactar la sensibilidad de
la gente por el castigo excesivo, pero no es antisemita, sino antijudía, en el
sentido religioso. Pretende ser realista, pero ¿aparece en el evangelio el
demonio entre los sacerdotes o los latigazos?", dijo.
Más apasionado fue el rabino Schamuel Szteinhendler, también presente en el
foro, quien la definió como "un festival de sangre que aviva el prejuicio e
intolerancia a los judíos. Todos piden la crucifixión, y no fue así. Además, se
muestra a todos los judíos gordos, feos y narigones. ¿No sabía que todos mis
antepasados eran así? Y Caifás es el único montado en burro, todos los demás a
caballo. ¿A dónde sale eso en las escrituras? La película es antiespiritual, una
revancha de la extrema derecha religiosa". Violencia provocada El
director de "La Pasión" reconoció en una reciente entrevista con Diane
Sawyer, en el programa "Más allá de la noticia", del canal A&E
Mundo, que el alto contenido de violencia de su filme fue a propósito.
"Quería que fuera impactante, extrema", afirmó, agregando que "si no les
gusta, entonces no vayan a verla".
El protagonista de "Arma mortal’’ sorprendió con algunos
detalles sobre la grabación de la película y su interés en recrudecer algunas
escenas. "Mi mano izquierda es la que aparece sujetando el clavo en la
película", dijo en mención a la cruda escena en la que Jesús es crucificado.
El mismo discurso que no ha cesado de expresar, desde días antes
del estreno, el actor
que encarna a Jesús, James Caviezel,
quien explico que las escenas
sangrientas eran necesarias para reflejar la dimensión del sacrificio que Jesús
hizo por la humanidad a través de sus sufrimientos.
Todo lo contrario a lo que opina el sacerdote Católico
canadiense, Gérald Caron, quien ha escrito lo
siguiente: "Hacer semejante espectáculo de la Pasión y muerte de Jesús
totalmente desvinculadas del mensaje y de la misión de su vida es, desde el
punto de vista teológico, un error. No fue la sangre que derramó, ni su
sufrimiento, lo que nos redimió, sino su muerte, que fue, como nos dice Marco en
10:45, "la apoteosis de una vida de servicio". Fue el precio que tuvo que pagar,
no a Dios, sino para mantener su fe en la misión de su vida. Fue su visión del
reino de Dios que lo llevó a la cruz, no al revés". Sin
embargo, la opinión oficial de la jerarquía católica es que la Pasión refleja
acertadamente la realidad del sacrificio de Jesús y la violencia presente es
fruto de la narración de "tal como fue". |