CCOO
- No es la primera vez ni será la última, que CC.OO. expresa su oposición a la
piratería y defiende los legítimos derechos de autor. Es por ello, que sigue con
especial atención el desarrollo de la Ley de Propiedad Intelectual, para todo
aquello que directa o indirectamente guarde relación con los derechos
anteriormente citados. Pero todo tiene un límite. En la contraportada del nuevo
disco titulado No a la piratería, la SGAE no deja títere con cabeza y acaricia
el racismo y la xenofobia cuando afirma cosas como estas: “Los inmigrantes ya
saben que España es un chollo, pueden vender en la calle y no les pasará nada.
Cada vez vienen más”.
Para CC.OO., una cosa es luchar contra la piratería –objetivo que estamos
dispuestos a discutir con cuantas medidas podamos consensuar entre todos- y otra
es hacer derivar esta demanda en una vulgar cruzada económica, zafia y
antidemocrática, que difícilmente puede suscitar el apoyo de la sociedad civil y
de sus organizaciones.
CC.OO. reitera su ofrecimiento para encontrar fórmulas que permitan atajar la
ilegal competencia de la piratería. Sin embargo, una institución como la SGAE
debería cuidar el lenguaje y el impacto de sus campañas porque “no todo vale en
democracia”. Las acusaciones contra los inmigrantes –primero fueron partidos
políticos y sindicatos- vulneran los más elementales códigos democráticos y
abrazan peligrosamente estrategias de descrédito contra el colectivo inmigrante
que tienen mucho que ver con la cultura xenófoba. Por lo tanto, CC.OO. insiste
en pactar iniciativas unitarias contra la piratería y hace un llamamiento a la
SGAE para que no caiga en campañas como la señalada.
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