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No era ni ningún experto en asaltar equipos informáticos ni
formaba parte de una organización especializada, tal como había dado a conocerse
a la firma estadounidense, simplemente era un informático que no había
conseguido encontrar trabajo en la editorial y se empeño en tomarse la revancha.
Steve Jones de 25 años, contacto con la editorial para decirles
que disponía de los datos confidenciales de sus clientes y que estaba dispuesto
a revelarlos si la firma no le pagaba una determinada cantidad de dinero.
En un principio Playboy le creyó o esa fue la sensación que le
dio al jóven. Le pago 100 dólares y contacto con los servicios secretos de los
EEUU (los especializados en crimen informático) para denunciar el chantaje.
Este recibió en su casa, en Inglaterra, la visita de los agentes
estadounidense (acompañados de la policía local) y acabo ante el juez, explica
el diario británico “Telegraph”.
Tras ser detenido y comparecer ante el tribunal, Jones fue declarado culpable de
chantaje.
Elevado coste para Playboy
Aunque la editorial solamente pago los 100 dólares, la empresa
esta forzada a revisar su sistema de seguridad ya que según fuentes de la
policía británica “él no hackeó el servidor de Playboy, sólo alcanzó a negociar un par de contraseñas
con alguien en algún sitio web”. Con esas claves secretas, además de decir que
formaba parte de una red de hackers, logró engañar a la revista.
Una revisión que puede elevar los costes del hackeo que nunca
fue a cerca de un millón de dólares. |