Una de las más contundentes insinuaciones de fraude procede del
estado de Florida, que ya en el año 2000 se convirtió en la principal fuente de
conflicto cuando Bush ganó el estado por poco más de medio millar de votos al
entonces candidato demócrata Al Gore.
Jeff Fisher, candidato demócrata a la Cámara de Representantes por el distrito
electoral 16 de Florida en la elección del pasado martes, señala en su página de
internet la existencia de “manipulación electrónica”, a la vez que reclama una
nueva votación a nivel nacional.
Como prueba de sus alegaciones, Fisher recoge en su página de internet los
resultados de la elección en Florida, condado por condado.
Según Fisher, los datos muestran que los resultados en los grandes condados que
utilizaron máquinas de votación basados en pantallas de tacto y en escáneres
ópticos siguen las pautas del número de votantes republicanos y demócratas
registrados.
Pero en los pequeños condados el resultado parece haber sido invertido.
Para Fisher “los votos esperados normalmente serían diferentes de los votos
reales debido al aumento de votantes en un partido, el voto de independientes a
republicanos o demócratas u otros factores”.
“Lo que parece muy extraño en estos números es que el aumento en votos reales
sobre votos esperados mantiene la sorprendente pauta de ser mucho más alto para
los republicanos que los demócratas en condados que utilizan máquinas de escáner
óptico, incluso cuando los condados más pequeños son excluidos del análisis”,
añade.
Por ejemplo, en el condado de Baker, donde había 12,887 votantes registrados, de
los que casi un 70% eran demócratas y 25% republicanos, el resultado final fue
de 2,180 votos para Kerry y 7,738 para Bush.
En Dixie, de los casi 9,700 votantes registrados, el 77.5% eran demócratas y
sólo 15% republicanos, pero sólo 1,959 personas votaron por Kerry mientras que
4,433 votaron por Bush.
Thom Hartmann, activista de Common Dreams y que recoge el supuesto fraude
electoral en un artículo difundido a través de la página de internet del
cineasta Michael Moore, indica que esta pauta de inversión de resultados
esperados “se repite una y otra vez, pero sólo en los condados más pequeños
donde, probablemente se asumió, el pequeño número de votantes no sería
advertido”.
Blackboxvoting.org, otro grupo de activistas, afirma sin contemplaciones que el
pasado 2 de noviembre se produjo un masivo fraude electoral “a través de
máquinas electrónicas”.
Esta organización añade que se basaron “en evidencia, documentos obtenidos a
través de solicitudes de registros públicos, información privilegiada y otros
datos indicativos de la manipulación de los sistemas de voto electrónicos. Lo
que no sabemos es el alcance específico del fraude”.
Una “evidencia” en la que se basa Blackboxvoting.org es el fallo en una de las
máquinas de votación de Ohio, el estado que finalmente dio la victoria a Bush
sobre Kerry el pasado 2 de noviembre por poco más de 135 mil votos.
En el condado de Franklin de ese estado, una máquina añadió casi cuatro mil
votos en favor de Bush cuando sólo 800 personas habían votado en ese colegio
electoral, error que fue descubierto durante el recuento preliminar en la noche
del 2 de noviembre.
Errores como éste, sumados a la discrepancia entre las encuestas a la salida de
los centros de votos y los resultados finales de la votación, han acrecentado
las sospechas de estos grupos sobre la existencia de un fraude masivo a favor de
los candidatos republicanos.
Además, señala Hartmann, el sistema de recuento es fácilmente manipulable por un
pirata informático, ya que las bases de datos donde se acumulan los resultados
de las votaciones en cada condado están colocadas en computadoras normales con
sistemas operativos Windows.
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