Agencias - Un coche de niño de 37.000 euros (más de seis millones de antiguas
pesetas) o una pequeña joya creada por Tiffany's. Son ejemplos de las
excentricidades que se viven en las compras de Navidad en las calles de Nueva
York, empujadas por un comercio de lujo floreciente.
Sobre las aceras heladas de la quinta avenida, la muchedumbre circula cargada
de compras, entre los escaparates mágicos del gran almacén Bergdorg Goodman,
el edificio Cartier vestido de rojo y el American Girl Place. "El
lujo es lo que se lleva la mayor parte de los gastos de Navidad",
constata Robert Frank, profesor de economía en la Universidad de Cornell y autor
del libro La fiebre del lujo. Los más afortunados superaron el crash bursátil
del 2000, pero también son extranjeros favorecidos por la debilidad del dólar. A
su estela, el americano medio.
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La Pluma del millón de dólares |
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Simulador velocidad 3D |
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Un Merces, un Porsche o un Hammer |
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Al revés, "el consumo en Wal-Mart y en los grandes almacenes de gama media
es débil comparado con navidades anteriores", añade el profesor Frank. La
clase media, endeudada, con una renta estancada y los precios de la gasolina al
alza, vigila sus gastos, pero guarda un rincón para compras de prestigio.
Para Robert Frank, se trata de un círculo infernal. "Cada uno intenta
comprar alguna cosa especial, pero el hecho de que los consumidores con mayor
poder adquisitivo gasten más hace más difícil la adquisición de regalos
especiales para las clases medias, que necesitan a su vez un poco más para tener
regalos también especiales... La gente que está en la media vive una fuerte
presión durante las fiestas", añade.
"Todos los signos evidencian que el mercado del lujo va muy, muy bien",
opina Jeff Perlman, portavoz de Curtco, editora de la revista Robb Report cuya
lista anual de los regalos ineludibles incluye este año una pluma Montegrappa
que cuesta un millón de dólares y un set de siete pares de pendientes en
diamante, uno para cada día de la semana, a 21,5 millones de dólares.
"Nuestros lectores están en la categoría más elevada, y estas personas
pueden ofrecerse cualquier cosa", explica Perlman.
La emblemática revista de juguetes FAO Schwarz, reabierta en noviembre
después de un año de insolvencia, propone también por 30.000 dólares un pequeño
coche Hummer, un todo terreno basado en el modelo de adultos. Algunos
niños preferirán el pequeño Ferrari de 50.000 dólares, capaz de sobrepasar los
20 km/h, o un pequeño Jaguar de 12.000 dólares.
Los mayores de cinco años afortunados pueden optar a un simulador de
velocidad de 300.000 dólares o adquirir, por 150.000 dólares, el piano
gigante de Tom Hanks en la película Big. Para los adultos, el regalo
rey este año es el iPod de Apple, que convence a todos. Al menos se venderán
cuatro millones de unidades del reproductor de música digital, que cuesta entre
los 250 y los 600 dólares.
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