Un corto de video, "Monte Rouge", recorre clandestinamente la isla haciendo reír
a los cubanos con el guión satírico de Eduardo del Llano y las actuaciones de
Luis Alberto García, Néstor Jiménez y el mismo del Llano.
"Buenos días, mi nombre es Rodríguez, acá el compañero Segura, venimos a
instalarle los micrófonos". Con esta frase se presentan los dos oficiales de la
Seguridad del Estado que golpean a la puerta del ciudadano Nicanor O"Donell.
Durante 15 minutos, Nicanor tratará de entender la nueva política en la que se
le pide que continúe hablando mal del gobierno, pero a partir de ahora dentro de
la habitación en la que se instalaron los micrófonos. Todo esto condimentado con mucho de la cotidianidad cubana, desde la gasolina
que roba Nicanor en su trabajo hasta la oferta de uno de los mismos agentes de
la Seguridad de venderle equipos prohibidos.
"Nuestra misión es instalar unos micrófonos en su casa para escuchar
directamente sus comentarios antigubernamentales", le explica uno de los agentes
al sorprendido ciudadano Nicanor O"Donell.
¡En la cocina!
Nicanor pasa de la sorpresa a la indignación, afirmando que ya "ni siquiera lo
disimulan" a lo que el agente responde que "a los clientes no hay quien los
entienda, antes se quejaban de que no dábamos la cara".
Finalmente, rendido ante miradas amenazadoras, Nicanor accede, los deja entrar,
les brinda el típico café cubano y colabora con los dos agentes en la mejor
ubicación de los micrófonos en su casa.
Uno de los oficiales le pregunta directamente "¿Dónde suele hablar mal del
gobierno, en qué parte de la casa?" y Nicanor responde que "en cualquier parte,
aquí, en el cuarto, en la cocina, ¡en la cocina!".
Los agentes le comunican a Nicanor que fue seleccionado para colocarle los
micrófonos porque sus críticas son "realmente sagaces" y además porque su casa
queda cerca y no tenían automóvil disponible.
Le explican que debe sentirse contento. "Usted vive solo y el Estado le asigna
dos micrófonos para sus necesidades", dice el oficial Rodríguez y agrega que hay
familias de diez personas a las que aún no se les ha podido instalar ninguno.
Cuando le piden que haga una prueba de sonido, el oficial Segura le sugiere que
diga "algo subversivo, para ir entrando en calor" y el ciudadano O"Donell grita:
"Me encantaría tener una antena parabólica".
Opiniones positivas
Al final del corto, uno de los agentes le ofrece venderle una de estas antenas
de televisión satelital prohibidas en Cuba "pero que quede entre tú y yo porque
este tipo es un poco cuadrado", dice, refiriéndose al otro policía.
El corto de video está recorriendo Cuba en formato de DVD y es visto en
computadoras particulares, la mayor parte de ellas clandestinas también, dado
que está controlada su venta a los cubanos.
Lógicamente nadie de los que lo han visto y "pasado" a otros quiere que se
mencione su nombre, pero en general todas las opiniones recogidas por la BBC son
positivas, tanto del guión como de la realización.
"Yo no sé cómo se atrevieron a hacer algo así pero está genial, es una sátira
muy fina", expresó un gerente y agregó que "lo he visto un montón de veces y
cada vez me río más y le veo nuevas cosas".
"Sin lugar a dudas, recrea nuestra realidad con un humor irónico genial", dijo a
la BBC una estudiante universitaria.
"Ahora hay que ver qué les pasará a los que hicieron y actuaron en el corto",
añadió.
Fuente: bbcmundo.com
Autor: Fernando Ravsberg
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