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Escudriñan "Capilla Sixtina" en busca de dispositivos electrónicos de escucha |
Los ' hackers' amenazan el tradicional secretismo del Cónclave
Los 'hackers' (piratas informáticos) y los micrófonos ultrasensibles amenazan
con "perforar" las gruesas paredes del Vaticano cuando los cardenales se reúnan,
la próxima semana en la Capilla Sixtina, para designar al nuevo Papa, informó
Europa Press. |
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Agencias - Las técnicas de espionaje se han vuelto mucho más sofisticadas desde
que Juan Pablo II fuese elegido en 1978; sin embargo, el Vaticano se muestra
confiado en mantener el secretismo que durante siglos ha rodeado a los
cónclaves.
La seguridad del Vaticano se ha negado a revelar detalles sobre cualquier
medida para evitar la implantación de micrófonos ocultos durante el Cónclave.
Sin embargo, Giuseppe Mazzullo, un detective privado que fue policía de Roma en
una unidad que trabajó estrechamente con el Vaticano, adelantó que la Santa
Sede se reforzará con policías italianos y agentes de seguridad privados.
"La seguridad es muy estricta", dijo Mazzullo. "Que alguien pueda
robar información es muy, muy difícil, si no imposible", agregó. Según
medios del Vaticano, un periodista y un fotógrafo consiguieron entrar en el
Cónclave de 1922, que eligió a Pío XI, y en uno anterior hubo sospechas de que
los sirvientes filtraban información al exterior.
La Capilla Sixtina será inspeccionada a fondo para descartar la presencia de
artefactos electrónicos de espionaje. Los cardenales carecerán de medios de
comunicación con el exterior y no podrán leer periódicos ni tampoco ver la
televisión. Sin embargo, no estarán alojados en espartanas habitaciones
semejantes a celdas adyacentes a la Capilla, como en los viejos tiempos, sino
en lugares más confortables de la Casa de Santa Marta.
Los cardenales deben abstenerse de mantener correspondencia epistolar,
telefónica o por otros medios de comunicación con el mundo externo. Los
teléfonos móviles de hoy podrían considerarse como el agujero que existía en la
Capilla Sixtina en 1559. Intrigas y compromisos políticos entraban y salían por
dicho orificio realizado en la Capilla.
Para prevenir posibles intromisiones, presiones o negociaciones, Juan Pablo II
prohibió el uso de móviles y la revisión, por personal técnico especializado,
de la Capilla Sixtina, con objeto de evitar la presencia de micrófonos u otras
formas de espionaje. Incluso está prohibido mantener cualquier tipo de
"coloquio" con los cardenales durante la elección.
Tampoco se permite la introducción de "instrumentos técnicos de cualquier
tipo que sirvan para grabar, reproducir o transmitir voces, imágenes o
escritos". |
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sábado, 24 mayo 2014 |
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