El debate sobre la igualdad de género en la alta dirección de las empresas
comenzó en Noruega en 2002, cuando el ministro de Comercio e Industria, Ansgar
Gabrielson, presentó en el Parlamento su proyecto para obligar por ley a las
empresas ha adoptar políticas de igualdad. A pesar de la oposición generada en
el seno de la coalición de Gobierno (centro-derecha), finalmente la propuesta
salió adelante.
La ministra de Asuntos Familiares, Laila Davoy, fue la encargada de definir las
tasas deseadas por la Administración: un 40% de mujeres en la alta dirección de
las empresas públicas como muy tarde el 1 de enero de 2004 --Statoil, por
ejemplo, ha llegado al 44%--, y el mismo 40% para las cotizadas pero con plazo
hasta mediados de 2005.
Por el momento, a las empresas se las 'anima' a cumplir con estos porcentajes de
forma voluntaria, pero si no logran alcanzar los objetivos se harán obligatorios
por ley en 2007. Ya en 2002, Davoy advirtió de que, dado que las empresas no
veían "por sí mismas" las ventajas de la igualdad de género, el Gobierno
"tendría que ayudarlas".
Ahora, al acercarse los plazos, Davoy ha lamentado que las empresas hayan
"arrastrado los pies" durante los últimos meses: las mujeres siguen
representando un 25% de media en la alta dirección de las cotizadas noruegas, y
un 60% de las mismas ni siquiera cuentan con una sola mujer en estos cargos.
"Deben contratar a más mujeres --advirtió la ministra--, en los peores casos se
enfrentan al cierre".
La directora de Comunicación de la Oficina de Igualdad de Género del Gobierno,
Ingrid Dasnes, señaló que las empresas "tienen dónde elegir" ya que existen
"muchas mujeres cualificadas" en la sociedad noruega, pero que el problema "es
que simplemente no se las elige" para llegar a los niveles más altos de la
compañía, donde son los hombres quienes toman las decisiones, perpetuando así el
problema.
Sin embargo, la Confederación de Empresas e Industrias Noruegas (NHO) asegura
que no existen tantas mujeres cualificadas para cubrir los cupos. Por esta
razón, incluso han creado una base de datos y un programa especial de
seguimiento de carreras profesionales, para reconocer 'potenciales'.
En todo caso, la NHO se opone a que estas cuestiones se regulen por ley. Tal y
como asegura la directora del Consorcio, Sigrun Vageng, disolver una empresa por
incumplir estas tasas es una sanción demasiado elevada, y en su opinión, los
dueños de las empresas "deben tener derecho" a determinar quién dirige sus
negocios.
En el Gobierno noruego, dirigido por Kjell Magne Bondevik desde 2001, un 40% de
los ministros son mujeres, mientras que el Parlamento cuenta con un 37% de
diputadas.
|