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Washington. Cuando los 19 millones de usuarios diarios de Google buscan un
viejo compañero de escuela, mandan correos electrónicos o navegan por la red con
el nuevo acelerador, las huellas de esas actividades no se borran.
En una era de cada vez mayores controles gubernamentales, los grupos de defensa
de la privacidad temen que el vasto archivo de la actividad de Google pueda
convertirse en una atractiva fuente de abusos, según destaca Reuters.
Google registra las maneras en que es utilizado su motor de búsqueda y sus otros
servicios, además de quiénes los usan y conserva estos datos durante años.
Algunos expertos sostienen que los registros de la empresa podrían ser
utilizados por investigadores del Gobierno.
En una época en la que las bibliotecas borran los registros de los préstamos,
apenas un libro es devuelto, también Google debería borrar los suyos tras un
cierto período, para proteger a sus usuarios, sostienen los críticos.
"¿Qué pasaría si alguno va y les dice: Queremos saber todas las veces que esta
palabra clave aparece?".
"Todas las posibilidades están allí, y se convierte en un centro de compra para
este tipo de cosas", dijo Lauren Weinstein, cofundadora de Gente por la
Responsabilidad en Internet.
Los administradores de Google dicen que su amplia memoria sirve para mejorar los
servicios, para combatir los fraudes y desarrollar nuevos productos, y, a
diferencia de otras compañías, parece decidida a pagar por la capacidad de
almacenamiento necesaria para guardar los datos.
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