Un estudio de la empresa "Teletext" entre ciudadanos británicos demostró lo
que muchos ya sabemos por propia experiencia: el mando a distancia es motivo de
grandes disputas y peleas. Algunos creen firmemente que "quien
tiene el mando, tiene el poder" y no van desencaminados. Según datos
extraídos de esta encuesta uno de cada cuatro entrevistados confesó
esconderlo para hacer rabiar a su pareja, simplemente castigarlo o
evitar que le arrebaten esa sensación de poder que le permite sintonizar
aquellas emisiones que le vienen en gana en cualquier momento. Por supuesto
esta acción no suele satisfacer a los otros que también desean seguir las
emisiones televisivas y así el 77% de las parejas afirmaron enojarse
cuando la otra persona cambia de canal sin preguntar o sube excesivamente el
volumen. Finalmente, el mando a distancia es también una excelente arma: un 3%
lo usa como boomerang doméstico. |