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Agencias - Ataques simultáneos contra el transporte público, explosiones
coincidentes con eventos políticos, atribuciones de responsabilidad en Internet.
Los ataques terroristas en Londres llevaron el sello de Al-Qaeda, pero expertos
en terrorismo dicen que Osama Bin Laden muy probablemente no jugó ningún papel.
Los analistas indican que lo más probable es que los que planearon y realizaron
los ataques son operativos locales que no necesitaban mucho dinero ni
experiencia del extranjero para causar destrucción.
"Pienso que definitivamente fue terrorismo de cosecha propia", dijo
Loretta Napoleoni, autor del libro Terror Incorporated: Tracing the
Dollars Behind the Terror Networks. "Esta es una nueva generación".
Los expertos están prestando más atención a esa posibilidad a causa de la escala
relativamente pequeña de la operación: cuatro bombas cada una de menos de 4,5
kilogramos de explosivos, de acuerdo a la policía. Un ataque así no requeriría
fondos del exterior, lo que permitiría a los autores evitar transferencias
bancarias internacionales que despertarían sospechas.
Operaciones mayores, como los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos,
son complicadas y costosas, y requieren enormes cantidades de efectivo para
comprar equipo y mover a los operativos.
Napoleoni estima que los ataques costaron entre 10.000 y 15.000 dólares.
"Ellos no tienen recursos ilimitados", dijo. "Ajustan el modelo
operativo a la cantidad de fondos disponibles. Si hubieran podido colectar más
dinero, hubiera habido más explosivos".
Lo que es más, los atacantes conocen Londres, sabiendo cuáles líneas atacar y
golpeando trenes cuando estaban entre estaciones para causar el mayor daño. Eso
indica que o habían estado en Gran Bretaña por un buen tiempo o son de aquí,
dicen expertos.
Uno no puede imaginarse a alguien que venga de Arabia Saudí o Egipto o
Marruecos ayer y poniendo una bomba en un autobús", dijo Saad Fagih, un
disidente saudí. "Así que ellos deben haber estado aquí por un tiempo. Tienen
que haberlo planeado cuidadosamente. Eso necesita tiempo".
Aunque él está bajo sanciones de la ONU por presuntos lazos con Al-Qaeda, Fagih
dice que es un activista por la democracia en su país, no un extremista
involucrado con actividades violentas.
A causa de las presiones tras el 11 de septiembre del 2001 sobre la
organización, los ataques indican que Al-Qaeda está transformándose, dicen
analistas.
Con importantes operativos tras las rejas, o escondidos, campamentos bajo ataque
y las finanzas restringidas, Al-Qaeda se está descentralizando cada vez más, con
los militantes siguiendo la filosofía de Bin Laden, pero empleando sus propios
recursos para fondos y entrenamiento, dicen los expertos. |