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Agencias - Las tropas de EEUU en Irak se han sumado a los directivos de una
planta nuclear australiana en su denuncia del servicio Google Earth, que ofrece
unas imágenes por satélite tan detalladas que pueden ser un peligro para la
seguridad.
El servicio dejó boquiabiertos a propios y extraños cuando Google lo lanzó, en
modo de prueba, a principios del verano (boreal): "hace muchos años que no había
visto un producto tan estimulante", dijo al respecto el columnista especializado
en tecnología Paul Gilster.
"Google Earth es una fuente inagotable de información y entretenimiento",
señalaba por su parte el diario "Washington Post".
Y es que, efectivamente, el servicio hace las delicias del usuario que tenga
algo de tiempo en sus manos y, eso sí, una conexión a internet lo
suficientemente rápida.
Google Earth permite obtener imágenes a vista de pájaro -a unos 300 metros de
altitud- de la terraza de tu casa, seguir con todo detalle el Tour de Francia,
la trayectoria de un huracán, la temible falla geológica de San Andrés, en
California, o pasearse por el cañón del Colorado como si se tratara de un viaje
en globo.
Pero era cuestión de tiempo hasta que los problemas con este software -que puede
descargarse gratuitamente en la dirección earth.google.com- comenzasen a
airearse.
Tal y como ocurrió con el potente servicio de correo electrónico gratuito Gmail,
Google Earth también despierta preocupación, sólo que esta vez no a causa de un
problema de privacidad -aunque algunos usuarios ya han señalado que se sienten
molestos por la publicación de las imágenes demasiado detalladas de la piscina
de su casa- sino por la seguridad.
Además de las imágenes de alta resolución, la tecnología da al usuario
información precisa sobre las coordenadas del lugar, lo que puede resultar un
problema en casos de instalaciones estratégicas, como aeropuertos o bases
militares, ya que supuestamente podría ayudar al enemigo a determinar la
ubicación de armas o vehículos.
Este es, al parecer, el caso de Irak.
Las imágenes "pueden llevarte exactamente al edificio en el que estamos",
señaló el capitán Joshua Thompson, estacionado en la base aérea de Balad, en
Irak, a la cadena de televisión NBC.
Las imágenes de esta base aérea tienen un año de antigüedad, pero Thompson
señaló que el lugar no ha cambiado mucho desde entonces.
Los militares de Irak siguen los pasos de los responsables de un reactor nuclear
cerca de Sydney, en Australia, que a principios de mes mostraron preocupación
por el grado de detalle que ofrecen las imágenes.
La nueva tecnología llevó a la Organización Australiana para la Ciencia
Nuclear y la Tecnología (ANSTO, por sus siglas en inglés) a pedir a
Google que considerase censurar determinada información, tal y como ya ha hecho
con fotos aéreas de la Casa Blanca, en la capital estadounidense, que aparecen
difuminadas.
Ron Cameron, director de operaciones del organismo australiano, se mostró
preocupado, más que por la cantidad de información disponible en este momento
por el futuro de una tecnología que podría ir demasiado lejos.
"Nos parece prudente saber dónde nos está llevando esta tecnología", dijo
Cameron.
Los portavoces de Google, por su parte, se defendieron señalando que lo que se
ve en Google Earth está disponible al público y el gigante informático sólo es
el intermediario.
Al margen de los problemas de seguridad, o pesar de ellos, Google Earth se ha
convertido en fuente inagotable de entretenimiento y en una ayuda para
sobrellevar la a menudo aburrida vida en el puesto de trabajo.
Basta con echar un vistazo a las bitácoras dedicadas a Google Maps o Google
Earth: "mi récord para encontrar la Estatua de la Libertad es de 17 segundos.
Pero recuerda, soy canadiense", señala el autor del "blog" Google Maps Mania.
Y es que, como señalaba el diario "The Washington Post", Google Earth es una
fuente inagotable de distracción, por lo que se ve incluso entre los militares
estadounidenses. |