Unos
años antes de que Madrid popularizase el termino de "La
Movida", la ciudad condal atrajo la atención de la
progresia e intelectualidad de toda España por lo que
paso a denominarse la "Gauche Divine" y el influjo de
una de las calles más "in" de los 60, "Tusset Street" en
pleno centro de la modernidad que representaba "la
diagonal" Buscando en la
hemeroteca de El Periódico de Catalunya he encontrado
este artículo de 22 de marzo de 2002, escrito por Óscar
López con motivo de la publicación del libro
"24 horas con la Gauche Divine"
de Ana María Moix, de la Editorial Lumen, os lo
transcribo a continuación:
Aquella divina izquierda
Ana María Moix recupera con "24 horas con la Gauche
Divine" la geografía y la memoria de una intelectualidad
catalana que vivió el antifranquismo de los años 60 en
clave cultural y festiva.
Cualquier excusa es buena para recordar a los miembros
de la denominada gauche divine catalana de los años 60.
Pero aún lo es más si el motivo es un relato mordaz de
Ana María Moix: 24 horas con la Gauche Divine. Este
recorrido sentimental por el que deambulan algunas de
las "patums" de la intelectualidad catalana transcurre
en unos años inconformistas que tuvieron una geografía y
un modus operandi muy peculiar. He aquí la radiografía
ampliada de la gauche divine.
Definición: Al final del libro de Moix hay unas
minientrevistas realizadas en 1971. En ellas, el poeta
Jaime Gil de Biedma se refiere a los miembros de la
gauche divine como a "militantes de izquierdas durante
su primera juventud y cuyas esperanzas de entonces se
han frustrado". Más sarcástico es el dibujante Jaume
Perich, que habla de "selectos
barceloneses (o selectos residentes en Barcelona) que,
en poco tiempo y por lógica y natural evolución, han
pasado de ser la gauche qui rit a convertirse en la
gauche que da risa".
Más de 30 años después, el editor
Jorge Herralde dice que "despejando la posible
contradicción en términos (o gauche o divine,
refunfuñaban los estrictos), eran algo así como una
familia extensa con ganas de conspirar, divertirse y
mover las cosas en el mundo de la cultura". Para el
empresario y promotor cultural Oriol Regàs, "la
gauche divine fue el encuentro de dos generaciones que
provocó un diálogo sobre temas culturales, pero también
un grupo que prescindió del qué dirán. Cada uno hacía su
vida y la gente cambiaba de pareja sin pudor". Y es
que, como añade la fotógrafa Colita, "la cultura era
sexy".
Nombre: El bautizo de la gauche divine lo ofició
el periodista Joan de Sagarra en el diario Tele/eXpres a
raíz de la fiesta de presentación de Tusquets Editores
en el Price (octubre de 1969). Sagarra también les
atribuyó a Copito de Nieve (gorila albino único en el
mundo en el zoo de Barcelona) de mascota.
Integrantes: Teresa Gimpera,
Oriol Bohigas, Gonzalo Herralde, , Rosa Regàs, Colita,
Terenci Moix, Ana María Moix, Guillermina Motta, Beatriz
de Moura, Jaume Perich, Xavier Miserachs, Josep Maria
Carandell, Ricardo Bofill, Félix de Azúa, Elsa Peretti i
Serena Vergano y por supuesto, Oriol Regàs, el
copropietario de Bocaccio y que, según Colita,
"catalizaba les actividades del grupo"
La Musa: La actriz y modelo
Teresa Gimpera se convirtió, por derecho propio y por la
famosa foto que le hizo Xavier Miserachs para el cartel
de Bocaccio, en la musa de la gauche divine.
"En aquella época yo comenzaba en el cine y todos
querian hacerme de pigmalión", recuerda Gimpera. Las
modelos tuvieron un papel importante en la promoción del
grupo que según la acrtiz, "era de izquierda pero
elitista y no queria ser casposa". "Las modelos
dábamos buena imagen y nos adaptaron".
Nacimiento y caducidad: La
editora Beatriz de Moura, Herralde y Colita sitúan el
inicio de la gauche divine en los encuentros
gastronómicos del restaurante L´Estevet, a principios de
los 60, y su momento álgido, en la inauguración de la
sala Bocaccio, en 1966. La fecha de caducidad la sitúan
en diciembre de 1970, con el encierro de intelectuales
en Montserrat, cuando la relación entre sus miembros se
resintió. "Los políticos tomaron el protagonismo y la
cultura quedó en segundo plano", dice Regàs. De
Moura recuerda: "Aquel encierro organizado por el
PSUC (Paritdo Socialista Unificado de Cataluña) y los
monjes de Montserrat hizo daño. A muchos, incluida yo,
nos pareció abominable esa comunión entre curas y
comunistas".
Requisitos: Según Herralde, para ser de la gauche
divine era indispensable "ser curioso, divertido (con y
sin alcohol) y noctámbulo, y estaba prohibido ser
plasta, abstemio y conformista". Para Moix, "tener
sentido del humor y permisividad era fundamental, como
no ser de derechas e intransigente". En el libro de Moix,
el cantautor Joan Manuel Serrat dice que "había que leer
Le Nouvel Observateur, reírse de los chistes de Perich y
gustarte la mujer de tu mejor amigo".
Cita horaria: Todos los entrevistados dicen que
trabajaban como el que más, y que para salir robaban
horas al sueño. Lo habitual era quedar para cenar, pasar
por Bocaccio (a medianoche) y acabar entre 3 y 4 de la
mañana.
Restaurantes: Un día cualquiera de la gauche
divine podía empezar en L´Estevet, de Mariona Sunyer. En
el local, que fiaba a quienes iban justos de dinero, aún
se recuerda el número que solían montar el pintor Marc
Aley y el fotógrafo Francesc Catalá-Roca persiguiéndose
con un cuchillo. Más tarde se pusieron de moda el
Flash-Flash, Can Massana, Can Tonet y Las Violetas.
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Josep María Castellet,
García Márquez, Carlos Barral, Mario Vargas
Llosa, Félix de Azúa, Salvador Clotas, Julio
Cortázar y Juan García Hortelano, en un
restaurante de Barcelona, en 1972.
Vargas Llosa también
participó de la "movida barcelonesa" de la "Gauche
divine" retratando la sala de fiestas Bocaccio
como “el cabaret de moda en Barcelona”, dentro
del relato Tramontana, de Doce cuentos
peregrinos. |
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Bares: La ruta empezaba en
Bocaccio, creado en 1967 por Regàs, la actriz y modelo
Teresa Gimpera y Xavier Miserachs. No era raro ver
alguna noche al escritor Julio Cortázar entre el
público, escuhar los gritos del arquitecto Oscar
Tusquets o ver a la fotógrafa Colita con un sombrero de
cura en forma de teja. Pero la gauche divine también iba
al Pub Tuset, El Sot, La Cova del Drac y Stork. Y a
locales de la zona de las Ramblas como Boadas, Cádiz
("el más auténtico", dice Regàs), Jazz Colón, Copacabana,
Molino y Pastís.
Bebidas preferidas: En esos bares triunfaban
gintónics y whiskys: "Los que fumaban porros también
tomaban ron con naranja", dice Moix. Pero la combinación
más alucinante la recuerda Colita: "La que tomábamos
Beatriz de Moura y yo en el Cádiz: Peppermint con
ginebra".
Ropa: "Saltar i Parar" era la tienda de los
divinos que apostaban por lo hippy. Propiedad de la
esposa del arquitecto Oriol Bohigas, Isabel, y de Montse
Esther, "Saltar i Parar" vendía trapitos que los
compradores combinaban a su aire. "Cualquier pieza
servía para disfrazarse. Recuerdo unas cortinas de mi
casa que acabaron siendo una falda", dice De Moura.
También se compraba en Tuset Street y se aprovechaban
los viajes al extranjero para adquirir ropa más
psicodélica, como en las tiendas londinenses de Carnaby
Street y Portobello. "Aquí fue donde descubrí la
verdadera minifalda que te tapaba justo las bragas, y no
las que llevábamos en Barcelona por encima de la
rodilla", recuerda Gimpera. Ente los hombre primaba,
según Herralde, "el destierro casi absoluto de la
corbata". No así el pelo largo, que la mayoría
lucían.
Drogas: Preferían el alcohol, pero los divinos
reconocen haber probado cocaína, marihuana y hachís. El
pastilleo también era frecuente, pero sin
sofisticaciones. "Le pegábamos al cubata y al optalidón.
Todos llevábamos en el bolso, para sobrellevar el
sueño", recuerda Colita.
Veraneo: En verano, la gauche divine peregrinaba
a Cadaqués, sobre todo a las casas del arquitecto
Federico Correa y la escritora Rosa Regàs: "Era normal
vernos en la calle sentados en unos enormes cojines y
alumbrados por velas", recuerda De Moura. Pero la gauche
también pasaba por las casas de Colita, Serrat, Gimpera
y la cantante Guillermina Motta en Begur (Costa Brava);
por la de Oriol Regàs en Calella de Palafrugell; y las
del editor Carlos Barral y Juan Marsé en Calafell.
También iban a discotecas de la costa regentadas por
Oriol Regàs, como Maddox, en Platja d´Aro, y la Arboleda
de Palamós.
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Guillermina Motta y Serrat
dos de los integrantes de la "Gauche Divine".
Fotos de Colita (fotografa que forma parte
también de este selecto grupo) |
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Viajes: Bocaccio solía
organizar viajes donde la diversión se combinaba con la
erudición: "Siempre perdíamos dinero, pero no
importaba porque lo pasábamos muy bien. Recuerdo que el
fin de semana a Roma sólo costó 2.000 pesetas, mientras
que la semana en Nueva York salió por 15.000",
afirma Oriol Regàs. Todavía recuerda los que organizaron
a Ibiza, México, Nueva York (existe una película que lo
inmortalizó en 16 milímetros, dirigida por Gonzalo
Herralde), Córcega, Londres (para ver musicales como
Hair) y Roma. En la capital italiana, y por avería del
avión, la gauche se quedó en el aeropuerto y allí
celebró una fiesta con disfraces de romanos. Sólo
lamentaban que no pudieran subirse a las carrozas de
caballos que les esperaban en el aeropuerto de El Prat
(Barcelona).
Librerías: Las más habituales eran Cinc d´Oros,
Anthropos y en el Paseo de Gracia, la Librería Francesa
y Leteradura, de Lali Gubern.
Cine: La denominada Escuela de Barcelona vivió
sus años dulces en aquella época en que el arte y ensayo
hacía furor y las visitas a las salas Arcadia y Publi
eran habituales. Eso sin contar con los viajes a
Perpinyà para ver a Ingmar Bergman, Michelangelo
Antonioni y François Truffaut, entre otros directores,
imprescindibles aún sin entenderlos.
Muchos se han preguntado si la gauche divine era más
gauche que divine, o al revés. Según Moix, primaba el
izquierdismo: "Ahora hay más vida cultural pero es
mucho más apagada. Podíamos ser snobs, pero aquel
esnobismo era muy enriquecedor". Como no había
conciencia de grupo, no se redactó ningún manifiesto.
"Éramos jóvenes y no teníamos un duro, aunque nunca
hablábamos de dinero ni de lo mal que vivíamos porque no
era nada elegante".
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El cine español se hizo eco
de la popularidad de la calle dedicándole una
película en la que participaba la "musa" de la
gauche divine, Teresa Gimpera. |
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Sin embargo, Colita opina: "No
éramos una banda de pijos, gilipollas y presuntuosos
como decían muchos envidiosos que querían formar parte
del grupo para tirarse a Teresa Gimpera y a Serena
Vergano. Repasa la lista de sus miembros y verás como la
mayoría, tras casi 40 años, seguimos trabajando".
Entre risas, De Moura reconoce:
"Visto desde ahora, nuestra pedantería
tuvo que ser bastante insoportable". |