Agencias -
Los científicos del Colegio Universitario de Londres llegaron a esta conclusión
cuando señalan que es la primera evidencia neurocientífica de 'schadenfreude'.
Con la utilización de imgenes digitales del cerebro, compararon cómo los hombres
y mujeres reaccionan cuando ven a otras personas sufriendo algún tipo de dolor.
Si el sufrimiento era de una persona que les agradaba, algunas áreas del cerebro
vinculadas con la empatía y la pena se activaban en personas de ambos sexos.
Las mujeres tuvieron una respuesta similar si les disgustaba la persona que
experimentaba la pena, pero los hombres mostraron un repentino aumento de la
actividad cerebral en algunas áreas del cerebro.
"Las mujeres tenían una menguada respuesta empática," afirmó el doctor Klass
Enoo Stephan, coautor del informe. "Pero aún permanecía ahí, mientras que en los
hombres estaba completamente ausente," añadió en una entrevista.
Los científicos, quienes reportaron sus descubrimientos en la revista Nature,
dijeron que la investigación muestra que las respuestas empáticas en hombres
están configuradas por la equidad percibida por las personas que nos rodean.
"Las respuestas empáticas para con otras personas no son automáticas como se
creía en el pasado, pero depende en el vínculo emocional que tengamos con la
persona, quien es observada mientras sufre," dijo Stephan.
En la segunda parte del estudio, 32 voluntarios de sexo masculino y femenino
participaron de un juego en el cual intecambiaron dinero con otras cuatro
personas, quienes eran actores que representaban un papel.
Los actores eran o bien personajes justos que devolvieron cantidades iguales de
dinero a la que les habían prestado, o eran personas injustas que regresaban
pequeñas cantidades o ninguna a los voluntarios.
En la segunda parte del experimento, los voluntarios fueron ubicados en escaners
magnéticos de imágenes mientras observaban cómo los actores recibían una pequeña
descarga eléctrica, similar a una picadura de abeja.
Los científicos midieron las reacciones de los voluntarios en áreas del cerebro
asociadas con el dolor y la empatía, mientras que los actores experimentaban
dolor.
Las imágenes del cerebro mostraron que las respuestas fueron acompañadas por
cuestionarios llenados por los voluntarios. Los hombres admitieron tener un
mayor deseo de venganza que las mujeres y sentían satisfacción al ver que la
persona injusta recibía su castigo.
"Necesitaremos confirmar estas diferencias de género en estudios más profundos
porque es posible que el diseño experimental favoreciera a los hombres cuando
este involucraba una amenaza física, psicológica o financiera, dijo la doctora
Tania Singer, quien dirigió el estudio.
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