Los protagonistas eran los automóviles y no las azafatas.
Rompiendo la tendencia que en los últimos años ha venido imponiéndose las chicas del Salón del Automóvil de Ginebra no mostraron atrevidos vestidos.
Con unas prendas más retacadas pero de corte muy elegante, las bellezas realzaban con su presencia los nuevos automóviles que las compañías mostraban a los miles de visitantes que durante esos días desfilaron por el salón.