Ya puede ser descargada e instalada en sistemas Unix cómo GNU/Linux.
Guillem Alsina ([email protected]) – Una célebre frase de Winston Churchill sobre la Batalla de Inglaterra reza que “nunca tantos debieron tanto a tan pocos”, refiriéndose al reducido grupo de pilotos de la RAF que se enfrentaron a los aviones alemanes en los cielos británicos, y que constituyeron la principal razón de que los nazis no pusieran pié en las islas. Algo similar se podría decir del equipo de desarrollo de Wine, ya que gracias a su labor continuada durante estos quince años, tenemos en nuestras manos un software que permite ejecutar aplicaciones nativas de Windows en sistemas Unix cómo GNU/Linux, diferentes ramas de BSD o Mac OS X.
El presente anuncio puede ser bastante malinterpretado; uno podría pensar que las versiones anteriores a esta de Wine no eran del todo funcionales, estaban llenas de bugs o, simplemente, no servían para los usuarios finales. Nada más lejos de la realidad.
Wine ha sido desarrollado siguiendo un concepto parecido al de las aplicaciones de la Web 2.0: la beta continua. Hasta ahora, ninguna de las versiones publicadas tenía la suficiente madurez cómo para que el equipo de desarrollo las considerara versiones acabadas, lo que no implica que ya fueran funcionales. El número de aplicaciones Windows, creciente así cómo sus versiones, ha hecho que el ritmo de desarrollo de Wine deba ser continuo.
Lo que se anuncia es, pues, el fin de un ciclo: Wine ya está maduro y funciona a la perfección con unas determinadas aplicaciones, y no se asegura su compatibilidad con otras. A partir de aquí, el desarrollo continuará con versiones 1.x hasta llegar a una hipotética y futura versión 2.0 con la que se cerrará otro ciclo y se garantizará la compatibilidad con otro grupo de aplicaciones y se excluirán otras tantas. Para consultar qué programas de Windows podemos ejecutar en sistemas Unix, podemos recurrir a la base de datos de Wine.
Wine se diferencia de otros productos de emulación cómo VMware en que no emula el hardware de una máquina para instalar un sistema operativo, sino que consiste en un conjunto de librerías y programas que ofrecen soporte a la ejecución de aplicaciones nativas de Windows sobre otros sistemas operativos, de forma que las llamadas al sistema y otras tareas que desempeñaría el sistema operativo de Microsoft, son realizadas por las librerías de Wine.
A partir de ahora, la mayoría de las distribuciones de Linux que incluyen versiones 0.x de Wine empezarán a incluir ya la versión 1.0 final, y aquellos que tengan instalado este software seguramente podrán ir actualizándolo desde los diferentes repositorios de las principales distros.
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