El MWC vivió el martes una jornada curiosa, los dos grandes sectores protagonistas de la industria se enzarzaron en críticas en busca de culpables.
Angel Cortés – Alierta encabeza el grupo de operadoras que busca aumentar sus ingresos cobrando un canon a todos los proveedores de contenidos de Internet. Para las operadoras, el uso y abuso por parte de los usuarios de servicios que demandan gran cantidad de recursos dificulta el acceso universal y les obliga a mejorar constantemente sus capacidades lo que supone una gran inversión de la que no obtienen beneficios directos.
Ayer también, Vodafone alzaba su voz para reclamar “mayor competencia” en el mercado de búsquedas por Internet y tiendas móviles.
El consejero delegado de Vodafone, Vittorio Colao advirtió del dominio de empresas como Google y Apple, aunque no llegó a citar a ninguna de las dos por sus nombres. Sus quejas son lógicas… Vodafone, Telefónica, Orange, por poner solo unos nombres, vivieron épocas de esplendor (y de monopolio) con sus tiendas móviles, destinos que están siendo sustituidos por los consumidores por las nuevas propuestas que llegan de fabricantes de equipos y dispositivos electrónicos.
Al otro lado del muro, se encuentran los fabricantes de terminales y proveedores de contenido, como los buscadores.
El primer grito de alerta fue lanzado por Blackberry. Su máximo ejecutivo reclamó mayor capacidad de la red a fin de evitar la frustración de los usuarios que se enfrentan con más frecuencia a problemas en sus llamadas y navegación lenta por Internet.
El CEO de Google, evadió responder a las exigencias de Telefónica y también reclamo unas redes “más avanzadas y abiertas” y en la que los operadores deben actuar neutralmente.
Nadie se adjudica el “Mea Culpa”
Los argumentos de ambos parecen totalmente incuestionables y aunque curiosamente comparten el fondo de la cuestión, la necesidad de redes cada vez más potentes, a la hora de adjudicar las culpas nadie es capaz de entonar un “mea culpa”.
Precisamente ayer entrevistábamos a un importante ejecutivo de una empresa de infraestructuras. Nos explicaba que la crisis ha provocado un enfriamiento en los operadores a la hora de adaptar las nuevas tecnologías como LTE y Wimax aplazando su estreno comercial previsto para fines del 2010 hasta el 2012.
Estas dos nuevas tecnologías solucionarían en parte los problemas de los que alertan los fabricantes y proveedores de contenido… pero la crisis obliga y los operadores se han lanzado a aumentar sus ingresos y reducir las inversiones programadas a fin de contentar a sus accionistas y analistas financieros.
Sobre sus cuentas pesan los millones que pagaron en su momento por licencias 3G/UMTS, las inversiones realizadas y como la tan cacareada “neutralidad de la red” les conduce a convertirse en simples proveedores de conectividad apartándoles de otros mercados más rentables como la prestación de servicios de valor añadido.
Reclaman su papel protagonista en la industria y no desean verse convertidos en simples “transportadores de datos”.
La solución a los reclamos de unos y otros no es fácil y el viejo dicho “zapatero a tus zapatos”, tampoco parece ser la solución… ya que ambos han extendido sus tentáculos a actividades apartadas de sus orígenes pero lógicas en un mercado que premia la diversificación y castiga la falta de políticas de futuro.
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