El Ministerio de Justicia de Corea del Sur ha aprobado un proyecto por el que unos robots sustituirán a los funcionarios de prisión en las rondas de vigilancia de las instalaciones. Por el momento, el proyecto se iniciará en la cárcel de Pohang, al sureste de Seúl, a partir del mes de marzo y más tarde se irán incorporando en el resto de instituciones del país.
Los funcionarios de prisiones surcoreanos contarán dentro de muy poco con unos aliados para mantener el orden y la seguridad en estas instalaciones, los robots. El proyecto ha sido puesto en marcha por el Ministerio de Justicia del país junto con el equipo de la Universidad de Kyonggi y se ha invertido unos 600.000 euros (1.000 millones de wones).
Los robots están diseñados para patrullar los pasillos de las instituciones penitenciarias y las celdas de los presos. Si estos robots detectan actividades extrañas, tales como comportamientos violentos, alertan inmediatamente a los funcionarios de prisión. Además, también funcionarán como un canal de comunicación en el caso de que los internos quieran ponerse en contacto con los funcionarios en caso de emergencia, según recoge el diario estadounidense The Wall Street Journal.
“A diferencia de los monitores de circuito cerrado de televisión, los robots están programados para analizar las distintas actividades de los presos e identificar el comportamiento anormal”, asegura el profesor encargado del proyecto en la Universidad de Kyonggi, Lee Baik-chul. Por su parte, Baik-chul asegura que esta medida permitirá reducir la carga de trabajo de los funcionarios, principalmente durante la noche.
“Los robots no son ‘terminators’. Su trabajo no es tomar medidas enérgicas contra los reclusos violentos. Son ayudantes. Cuando un preso está en una situación de peligro o tiene un problema grave, pueden pedir ayuda con rapidez a través de estos robots”, asegura.
El profesor Baik-chul asegura que los primeros robots vigilantes estarán disponibles en marzo de 2012 y que su equipo está dando los últimos detalles a la apariencia de los robots, para transmitir a los presos un aspecto más “humano y simpático”.
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