La compañía telefónica T-Mobile USA, la cuarta mayor operadora de Estados Unidos, anunció ayer que en los próximos tres meses despedirá al 5 % de su plantilla, unos 1.900 empleos, y cerrará siete centros de llamadas.
Los recortes anunciados por la operadora forman parte del proceso de reestructuración en el que tuvo que embarcarse la filial estadounidense de la alemana Deutsche Telekom después de que hace tres meses fracasara su fusión con AT&T.
“No ha sido un paso fácil, pero hay que darlo si queremos ser más eficientes a fin de seguir creciendo”, afirmó el presidente y consejero delegado de T-Mobile USA, Philipp Humm, en un comunicado de prensa.
En los siete centros de llamadas afectados trabajan unos 3.300 empleados, de los cuales 1.900 perderán sus empleos, mientras que a los 1.400 restantes les ofrecerán la posibilidad de reubicarse en los otros 17 centros repartidos por Estados Unidos.
La filial de la alemana Deutsche Telekom en Estados Unidos decide así reestructurar su plantilla y servicios de atención al cliente tres meses después de que fracasara su fusión con AT&T, la segunda mayor operadora de telefonía estadounidense.
Esa operación, que estaba valorada en 39.000 millones de dólares, se enfrentó desde el principio a la oposición de los reguladores, que acudieron a los tribunales para bloquear la fusión al considerar que reduciría la competencia y elevaría los precios.
T-Mobile USA, con sede en Bellevue (Washington), tiene unos 33 millones de abonados en Estados Unidos, donde actualmente es la cuarta mayor operadora de telefonía por número de suscriptores, por detrás de AT&T, Verizon y Sprint Nextel.
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