"¿Te imaginas ir un paso más allá y conseguir imprimir objetos en 4D? Pues aunque parezca imposible, lo cierto es que eso mismo ya se puede hacer realidad. Lo mejor de todo es que para llevarlo a cabo tan solo necesitas una impresora 3D", comenta Marc Torras, director general de entresD.
La impresión en 4D no afecta a lo que es la impresora sino más bien al material que se utiliza. Se trata de un tipo de material sintético que permite programarlo para que modifique su forma al cambiar de ambiente, es decir, según la temperatura, humedad o presión. De modo que algunas piezas incluso se pueden programar para que, al pasar a otro espacio, se construyan o se reparen ellas solas debido a su expansión, lo que viene siendo un proceso de autoensamblaje. De momento esta situación ya se está consiguiendo que pase con el agua, así que cuando una pieza tridimensional se sumerge ésta se “transforma” en 4D.
Lo novedoso del asunto es que, precisamente, este tipo de material se pueda imprimir con una impresora 3D. Aunque teniendo en cuenta que no necesita ningún tipo de batería ni microchip, resulta mucho más fácil programarlo.
Esto mismo que revoluciona el diseño y la construcción en el armado de productos y cualquier objeto, también resulta muy útil en cuestiones del hogar, puesto que se puede utilizar para reparar piezas o evitar que éstas se desgasten sin apenas tener que formar parte del proceso.
No os perdáis estos dos vídeos en los que se explica mucho mejor el proceso de la impresión en 4D a través de las impresoras 3D: