Negroponte culpa a Intel del retraso en las ventas de "su" portátil

OLPC

La lentitud de los gobiernos y la competencia lanzada por Intel son las mayores dificultades que ha encontrado el programa "One Laptop Per Child" (OLPC) para comenzar su funcionamiento y rendir los frutos esperados.

Así lo dio a conocer Nicholas Negroponte, director de la iniciativa y creador del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachussets, entrevistado por el diario español El País, a propósito de la visita a España para presentar su ordenador portátil popular a la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), perteneciente al Partido Popular.

"Hemos elegido el camino más duro: negociar con los gobiernos para introducir los portátiles en la educación pública", manifestó Negroponte y añadió que ignoraba los problemas que su iniciativa le iba a traer con otras empresas como Intel que quisieron bloquear su iniciativa.

Precisamente, Intel lanzó un equipo que compite con el proyecto de Negroponte bautizado como "Classmate" y que a diferencia del OLPC ya cuenta con pedidos en firme de distintos países.

"Si voy a Lula y le digo 'deberías tener un millón de portátiles', y después una compañía se dirige al ministro de Educación y le dice 'como no sabe si esto de Negroponte va a funcionar, cómprenos 20.000 a nosotros y pruebe', al final habrá 980.000 niños sin portátil", agregó, al tiempo que no tuvo problemas en decir que "sin duda alguna" Intel ha sido el mayor obstáculo que ha encontrado su programa.

Negroponte descalificó además las versiones según las cuales antes que un portátil los niños del tercer mundo necesitarían alimentación o servicios de agua y electricidad, asegurando que una computadora es sinónimo de educación. "Nadie cree que haya que eliminar la educación porque no haya agua potable", dijo.

Se defendió además de las críticas por su supuesto desconocimiento de la falta de profesores que puedan enseñar a los niños a usar los ordenadores diciendo que "incluso los niños que nunca han visto un PC tardan minutos en saber cómo usarlo".

"No puedo imaginar un mundo en el que, dentro de 20 años, cada niño no tenga un portátil", concluyó en su nota con el rotativo.