Explorer acusa a Chrome Frame de reducir la seguridad online

La compañía del popular buscador publicó la semana pasada una herramienta que permite substituir el motor del browser de Microsoft por el de su propio navegador Chrome, permitiendo así ejecutar más rápidamente páginas que echan mano de JavaScript. La respuesta de la compañía de Redmond ha sido acusar a esta herramienta de hacer más inseguro a su programa.

Guillem Alsina ([email protected]) – “Nacido en la polémica” también hubiera podido ser un buen titular para este artículo, y es que a buen seguro que en los cuarteles generales de Google en Mountain View sabían que su iniciativa no iba a pasar desapercibida. Este pasado día 21 la multinacional de Internet publicaba Chrome Frame, un plug-in para Internet Explorer que permite utilizar su motor de renderizado basado en WebKit y su potente motor de procesado de JavaScript llamado V8, en vez del propio de Microsoft.

Hay que decir antes de nada que, para que esto se produzca, la página web que se carga debe incluir una etiqueta especial para que el plug-in la reconozca y empiece a funcionar con el motor de Chrome, ya que si no, continuará funcionando con el habitual motor del IE. Esta etiqueta es <meta http-equiv="X-UA-Compatible" content="chrome=1"> .

Google afirma que de esta forma los usuarios podrán disfrutar de compatibilidad con HTML5, un elemento que están incluyendo muchos navegadores (Firefox, Opera o el mismo Chrome), pero que desde Redmond aún se resisten en incluir en su browser. No hay que olvidar que esto se consigue a base de substituir el motor de renderizado (la razón de ser del navegador) por otro, con lo que sitios web solamente compatibles con Internet Explorer pueden dejar de funcionar correctamente con esta maniobra.

Actualmente, muchos servicios online exigen el navegador de Microsoft para funcionar, algo criticado en la industria ya que este tipo de servicios deberían ser compatibles con todos los navegadores web, algo que teóricamente se consigue siguiendo las normas de programación del W3C. Sin embargo, esto no es tan fácil, ya que los fabricantes de estos navegadores están interesados en introducir factores de ventaja en sus creaciones, con lo que todos presentan alguna incompatibilidad en aspectos muy puntuales.

Es más, Internet Explorer debe mantener el motor de renderización Trident aunque sea solamente por el hecho de diferenciarse. Muchos han criticado que la compañía de Redmond aún se dedique a desarrollar su propio motor habiendo en el mercado alternativas libres como Gecko o el mismo WebKit, que aprovechan compañías como Apple (Safari) o Mozilla (Firefox) para equipar a sus respectivos browsers y centrarse así en darles valor añadido a estos motores con funcionalidades diversas. No obstante, en los cuarteles generales de Redmond deben ser conscientes que lo que necesitan es ligar al usuario a su plataforma, pues ante las malas críticas que se han hecho tradicionalmente a su navegador (sean o no ciertas), este tiene muy mala prensa entre los usuarios, con lo que ofreciendo el mismo motor de renderizado que ya tienen otros, solamente se produciría una fuga masiva de internautas hacia estas otras opciones, con o sin razón real, disminuyendo así la ya menguante cuota de mercado que ostenta.

Microsoft ha atacado el movimiento de Google afirmando que ello disminuye la seguridad de Internet Explorer, tenido desde hace bastante tiempo y de forma casi unánime como el browser más inseguro de todos, algo que se debe -todo hay que decirlo- a que es el más investigado por los creadores de malware al ser el que tiene mayor difusión* entre los internautas. De hecho, el argumento de la compañía de Redmond no deja de tener razón, pese a que pueden haber exagerado a posta el impacto que puede tener sobre la seguridad: si contamos con que un navegador tiene X posibilidades de sufrir problemas de seguridad, al añadirle un plug-in que tenga un número Y de posibilidades de tener agujeros en su código fuente, el conjunto resultante tendrá X+Y+Z posibilidades de agujeros, siendo Z el conjunto resultante de la interacción entre ambas piezas de software. Por lo tanto, por pequeños que sean Y y Z, el conjunto siempre será superior a X, las posibilidades de problemas con el browser “pelado”.

La misma Microsoft se traiciona con este argumento al disponer de la tecnología Silverlight, que actúa también como un plug-in del navegador Internet Explorer, y no por ello han mencionado nunca que el resultado de instalar dicho plug-in sea la posibilidad de encontrar más agujeros de seguridad para explotar en el conjunto. Lo mismo pasa con el plug-in de Flash de Adobe, al cual se le han descubierto numerosas vulnerabilidades de cierta importancia, y no por ello la compañía de Redmond ha puesto el grito en el cielo de forma pública y notoria como ahora...

La táctica de Google con este movimiento parece ser simple: facilitar a los usuarios que no dejen de utilizar el browser de Microsoft a la par que prueban las excelencias de su producto, para atraerlos con posterioridad a él y al futuro Chrome OS.

* En este sentido hay que aclarar que Firefox también posee sus ejemplares de malware, que han salido a la luz cuando este navegador ha empezado a disfrutar de un éxito apreciable.

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