Adrià y Telefónica buscan ideas para su Fundación en las escuelas de negocios

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El Bulli Foundation y Telefónica han puesto en marcha un concurso de ideas para el futuro de la nueva institución impulsada por el cocinero Ferran Adrià tras el cierre de su restaurante, y recabarán iniciativas innovadoras entre los estudiantes de las mejores escuelas internacionales de negocio.

Las universidades estadounidenses de Harvard, Columbia y Berkeley, la London Bussiness School y la española ESADE son las cinco primeras escuelas de negocio a las que recurrirán Adrià y sus socios tecnológicos, ha anunciado hoy en rueda de prensa el cocinero catalán, considerado el chef más influyente del mundo durante la última década.

Con qué países y entidades conviene asociar la nueva fundación, a quién dirigir sus iniciativas o qué formas de financiación alternativa podrían beneficiar al proyecto que echará a andar en el 2014 son algunas de las cuestiones que se plantearán a los jóvenes talentos que estudian en las mejores escuelas internacionales de negocios.

El jurado que valorará las propuestas de los estudiantes estará integrado por el premio Nóbel de Economía Joseph Stiglitz y el profesor emérito Louis Stern, además de académicos y el propio Adrià.

Entre el 22 y el 28 de octubre próximos el equipo de elBullifoundation se "encerrará" para empezar a trabajar durante un año en todos los conceptos que darán vida al proyecto, y los resultados obtenidos "serán lo que los estudiantes tendrán que mejorar", ha precisado.

La fundación, que ya ha presentado el permiso de obras para sus edificios y trabaja conjuntamente con las administraciones en el proyecto ambiental -el restaurante de Cala Montjoi está enclavado en un parque natural-, abrirá sus puertas en enero del 2014 y recibirá a sus primeros colaboradores en septiembre de ese año.

"Esto ya empieza en serio. Me juego mi reputación", ha dicho Adrià, quien ha considerado que vivimos "un momento duro, dificilísimo", por lo que todo el mundo ha de poner de su parte: "no hace falta ser multimillonario, si tienes talento lo puedes compartir", ha apostillado.

El cocinero ha recapitulado sobre los dos meses que han transcurrido desde el cierre definitivo de su famoso restaurante, un tiempo en el que además de en Perú, Europa y Estados Unidos ha estado en China, país con el que a su juicio es crucial que España establezca un diálogo gastronómico "porque allí la comida es como una religión".

"Si queremos entrar en China hay que entrar ahora, es importante que todas las empresas de alimentación lo entiendan, es un mercado virgen", ha señalado.

El cierre de El Bulli "hace que la gente nos quiera más que nunca porque hemos salido de la competición", ha dicho el cocinero, quien observa un reconocimiento mundial hacia el movimiento gastronómico de vanguardia español, un fenómeno al que le quedan al menos 20 años de recorrido.

Pero aprovechar ese tirón de la alta cocina española en el mundo necesita también de respaldo e inversión pública y el Gobierno que salga de las próximas elecciones generales "sea quien sea, tiene que darse cuenta", ha indicado.

A la pregunta de para qué sirve la alta cocina, Adrià ha replicado que no sólo para atraer turistas a España, sino también para ofrecer la imagen de un país moderno y vanguardista y para promover la exportación de nuestros productos mediante la apertura de bares de tapas en todo el mundo.

Otra de las aplicaciones de la gastronomía de vanguardia es, en su opinión, su poder para relacionar alimentos, salud y educación, un aspecto que él desarrolla a través de la Fundación Alicia.

Además, el chef ha abundado en que los restaurantes de alto nivel en Europa deben afrontar "una reconversión brutal" para adaptarse a unos tiempos en los que prima el modelo informal y en los que se va a los restaurantes a "vivir una experiencia", a menudo compartida a través de las redes sociales.

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