Nuevos satélites ampliarán la envergadura militar china

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China dio esta semana un gran paso adelante en su intención de controlar el uso militar del espacio con el inicio de pruebas de su red Beidou de posicionamiento global por satélite, una iniciativa que la acercará aún más a igualar la capacidad espacial estadounidense.

Si Pekín puede desplegar con éxito los 35 satélites previstos de la red Beidou para 2020, su Ejército prescindirá de la dependencia actual para la navegación de la señal del sistema de posicionamiento global estadounidense GPS y del sistema similar ruso GLONASS.

Y, a diferencia de las versiones civiles menos precisas de GPS y GLONASS de que dispone el Ejército de Liberación del Pueblo (ELP), esta red dará a China la precisión para guiar misiles, munición inteligente y otras armas.

"Esto permitirá dar un gran salto en la capacidad de ataque de precisión del ELP", dijo Andrei Chang, analista con sede en Hong Kong del Ejército chino y director de la revista Kanwa Asian Defence.

China ha lanzado diez satélites Beidou y tiene previsto poner en órbita otros seis más para finales del año próximo, según la oficina de gestión de navegación por satélite de China.

Dentro del sistema, la red Beidou, u "Osa Mayor", tendrá un importante papel junto con la red satelital de seguimiento, imagen y vigilancia remota de rápida expansión.

China niega de forma rutinaria que tenga ambiciones militares en el espacio.

El portavoz del Ministerio de Defensa, Yang Yujun, restó importancia el miércoles a los temores de que la red Beidou suponga una amenaza militar, señalando que todos los sistemas internacionales de navegación por satélite están diseñados para un uso dual civil y militar.

ALCANZAR A EEUU

China aceleró la investigación y desarrollo de los satélites militares después de que los mandos del ELP vieran que les era imposible rastrear a dos grupos de portaaviones estadounidenses desplegados en 1996 en el estrecho de Taiwán en un momento de elevadas tensiones entre la isla y China, dijeron los analistas.

El esfuerzo recibió un nuevo impulso cuando se vio lo crucial que fue la red de satélites en la guerra del Golfo de 1991, el bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia en 1999 y la invasión de Irak en 2003.

Aunque va por detrás de Estados Unidos y Rusia en tecnología espacial, en la última década se ha puesto a la vanguardia en seguimiento espacial tras desplegar una serie de satélites avanzados que sirven a organismos militares y civiles.

Con el lanzamiento de más de 30 satélites de seguimiento en la última década, según expertos tecnológicos espaciales, el ELP puede supervisar un área cada vez mayor de la superficie de la Tierra con mayor frecuencia, un elemento importante para el ejército.

Las imágenes por satélite a tiempo real y los datos pueden usarse para coordinar a las fuerzas navales, de misiles y de ataque en operaciones lejos de su territorio.

"Lo que estamos viendo en China es que están adquiriendo cada vez más las mismas capacidades en este área que Estados Unidos", dijo Ross Babbage, analista de defensa y fundador de la Fundación Kokoda, una unidad independiente de seguridad con sede en Canberra.

"Esencialmente están haciendo la mayor parte del Pacífico Occidental bastante más transparente para el ejército".

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